La Razón (Cataluña)

Mao, el líder que mató a 65 millones de chinos

Jorge Vilches. Fue el pionero de un plan de ingeniería social que nunca antes había tenido precedente­s en la historia

- Patricia Navarro

ElEl mayor genocida de la historia de la Humanidad se llamaba Mao Zedong. No hay dudas ni debate alguno. La liquidació­n humana fue tan profunda que aunque hayan pasado décadas aún se venera al dictador en China. Aquel genocidio se llamó «Revolución Cultural». Las cifras de muertos son siempre aproximada­s, lo que es una prueba de la masacre. 70 millones de muertos es el cálculo de Jung Chang, que fue Guardia Roja en aquellos días, y el historiado­r Jon Halliday en su biografía de «Mao: la historia desconocid­a» (2005). Julia Lovell, en «Maoísmo» (2021) apunta que 20 millones murieron por la hambruna generada por los planes de ingeniería social. Jean-Louis Margolin, en el clásico «Libro negro del comunismo» (1997), habla de 65 millones de asesinados en China. El debate entre historiado­res está entre 49 y 78 millones de muertos; es decir, es como liquidar a toda la población de España, del Reino Unido o de Francia. El origen de la «Revolución Cultural» está en el fracaso del programa político de Mao Zedong en 1958. Había intentado un cambio económico, al que llamó «Gran Salto Adelante», fundado en la colectiviz­ación agrícola y la industrial­ización. El dictador Mao Zedong creó comunas de 20.000 campesinos, autárquica­s, sin propiedad privada ni intimidad. El plan supuso la «Gran Hambruna» entre 1959 y 1962, que generó un número indetermin­ado de millones de muertos, entre 15 y 40. Aquel fracaso podía suponer el fin de Mao Zedong al estilo comunista; es decir, su separación y liquidació­n. Ese fue el plan de Liu Shaoqi, Presidente de la República, y de Deng Xiapoing, secretario del Partido. El contraataq­ue de Mao Zedong fue la «Revolución Cultural», una treta para cargarse a la dirección del partido y a los «disidentes» con la excusa de eliminar a los viejos estamentos capitalist­as y sus formas antiguas.

Mao Zedong había nacido en 1893, en una familia campesina adinerada. Nunca trabajó en el campo ni en una fábrica. Estudió en la Universida­d y luego estuvo en la fundación del partido comunista. Pronto aprendió cómo funcionaba una organizaci­ón marxista-leninista teniendo como ejemplo los sucesos de Rusia entre 1917 y 1924. Las guerras civiles y la segunda guerra mundial le permitiero­n convertirs­e en dictador en 1949. A partir de ahí hizo tres grandes purgas. La primera purga fue entre 1950 y 1953 con una directiva para eliminar contrarrev­olucionari­os. Se atacó a todos los que fueran un peligro político o económico para la dictadura, como hizo Lenin: campesinos propietari­os y nacionalis­tas chinos, los simpatizan­tes del Kuomintang. Se calcula que hubo un millón de muertos. La segunda fue entre 1955 y 1957 para «limpiar» el partido y la administra­ción. Fue el llamado «Movimiento Sufán». Otros 700.000 muertos. Con estas dos purgas liquidó al otro gran partido político chino, y eliminó a los contestata­rios comunistas. Como todo gran dictador, al estilo de Fidel Castro, por ejemplo, adaptó la ideología marxista-leninista a China con sus propias ideas. Eso fue el maoísmo, la forma de llegar a la «sociedad perfecta» adaptada a China. Solo Mao Zedong había visto el camino y guiaba a su pueblo a pesar de los enemigos. Por eso era llamado el «Gran Timonel». Sus ideas fueron recopilada­s en el «Libro Rojo» de Mao.

Aquel librito lo exhibían los estudiante­s de la Guardia Roja en la masacre de la «Revolución Cultural». Mao Zedong aprobó el 16 de mayo de 1966 una directiva secreta que declaraba la guerra a los intelectua­les, académicos, cargos «conservado­res» del partido, y maestros. El XI Pleno del Comité Central del PCCh en agosto de 1966 decidió por orden de Mao acabar con el «revisionis­mo». Mao Zedong anunció entonces la «Revolución Cultural» para acabar con los «cuatro viejos»: pensamient­o, costumbres, cultura, y educación. Mao Zedong lo dejó claro en el brindis de su 73 cumpleaños: «¡Por el nacimiento de una guerra civil por todo el país!». Los Guardias Rojos se distribuye­ron por todas las provincias. Los detenidos fueron decapitado­s, golpeados hasta la muerte, enterrados vivos, lapidados, ahogados, hervidos, masacrados en grupo o detonados con dinamita. Incluso hubo canibalism­o en Wuxuan, donde se extraían las vísceras y los genitales de las víctimas para que las comieran los «fieles comunistas». La Guerra Fría permitió acabar con la situación. Mao Zedong se enfrentó a la URSS y Richard Nixon entabló relaciones con la República China. El dictador murió el 9 de septiembre de 1976. Sin embargo, Xi Jinping dijo en 2013 que una revisión de Mao Zedong podría perjudicar a la imagen de China. Y hasta hoy.

EnEn menos de quince minutos La Malagueta se llenó. En menos de otros quince protestaba despavorid­a. Motivos tenían. Les habían robado un toro. Y no cualquiera, porque que te quiten uno del de La Puebla es dolor de corazón, negrura de alma, no peccata minuta. El Cuvillo salió descoordin­ado. No pisaba bien dos veces. Se desplomó en banderilla­s tres o cuatro. Estaba cantado, pero el presidente se hizo el remolón con los pañuelos y por arriba, por presidenci­a, no apareció otra cosa que el blanco para cambiar tercios. Uno detrás de otro (como si fueran cervezas) para llegar al de muleta. Y entonces vino lo previsible de Morante. Dos ot re smul et azos. A ración de las caídas del toro y la espada montada. Bronca. Para todos. Al Palco. Al toro. A Morante, no. Líbrele Dios, de momento. La ilusión inicial se nos quebró rápida a la espera del cuarto.

Y entonces aquí tronó Málaga, esta vez para el torero porque vio lo que tenía delante, que era un Cu vil lo con la casta bajo mínimos que se quedaba por debajo, sin querer pasar y sin clase para hacer esfuerzos. Salió con la espada de matar y pocas cosas hay que enfaden más al público. No sea largó el de La Puebla y acortó faena. La bronca fue de las grandes, más cuando Morante hizo un gesto como de llevarse la mano a la oreja. (Ni Madrid suena así).

Veníamos de habernos quedado en shock con el torero de la tierra: Fortes. Toreó con suavidad en el capote al tercero, lo llevó al caballo y le buscó las vueltas en el último tercio.

El animal soltaba la cara, le faltaba entrega en el viaje, querer tomar el engaño por abajo y el viento hacía el resto. Saúl encontró en un par de pases las teclas, los momentos, el juego de muñecas, los tiempos, el ritmo, el temple lo tiene, por eso siempre se le espera. Luego tiene esa puñetera maldición que nos ahoga que cuando un toro le levanta los pies del suelo se masca la tragedia en un elevado porcentaje. Y así fue la escena más tenebrosa de lo que, al parecer, después contaron de enfermería. enfermería. Pero en la voltereta el animal, ocurrió todo muy rápido, inapreciab­le al ojo humano, le pasó por encima y le pisó la cara, más de 500 kilos de bestia, y lo dejó inerte en la arena. Su historia lo precede. Y asusta . La imagen, también. Se lo llevaron ala enfermería y poco tardaron en llegar las primeras noticias sobre el pisotón y la posible fractura de mandíbula. El susto había sido horrible.

Como la corrida de Cuvillo, que no le embistió ni uno. Ni por error. Esa es la verdad. De ahí la desesperan­za. En el país de los tuertos, Talavante se las vio con un segundo que tenía otro ritmo, sobre todo por el pitón diestro, por donde más lo vimos. Le molestó el viento y la faena tuvo altibajos manteniénd­ose siempre en las medianías, ni rompió la faena por arriba ni se resquebraj­ó. La espada encontró hueco a la primera. El descastado quinto y el deslucido sexto, que le tocaron a Tala, sumaron puntos para que la tarde acabara en un petardo. Irremediab­le.

EL CARTEL DE HOY

Se lidiaron toros de Daniel Ruiz para Cayetano, Roca Rey y Pablo Aguado.

 ?? ?? Mao se convirtió en un líder omnipresen­te gracias a la poderosa propaganda del régimen
Mao se convirtió en un líder omnipresen­te gracias a la poderosa propaganda del régimen
 ?? EFE ?? MÁLAGA. Cuarta de feria. Se lidiaron toros de Núñez de Cuvillo. 1º, imposible por flojo; 2º, noblón; 3º, manejable; 4º, deslucido; 5º; descastado y de corta arrancada; 6º, descastado. Casi lleno.
Morante de la Puebla, de verde manzana y oro, media, dos descabello­s (silencio); estocada en el que mató por Fortes (silencio); media estocada (bronca).
Alejandro Talavante, de azul noche y oro, estocada (saludos); estocada corta delantera (silencio); pinchazo, media, cinco descabello­s, aviso (silencio).
Jiménez Fortes, de azul marino y oro, cogido.
Parte médico: posible fractura del pómulo y lo trasladan al hospital.
Jiménez Fortes fue cogido por su primero
EFE MÁLAGA. Cuarta de feria. Se lidiaron toros de Núñez de Cuvillo. 1º, imposible por flojo; 2º, noblón; 3º, manejable; 4º, deslucido; 5º; descastado y de corta arrancada; 6º, descastado. Casi lleno. Morante de la Puebla, de verde manzana y oro, media, dos descabello­s (silencio); estocada en el que mató por Fortes (silencio); media estocada (bronca). Alejandro Talavante, de azul noche y oro, estocada (saludos); estocada corta delantera (silencio); pinchazo, media, cinco descabello­s, aviso (silencio). Jiménez Fortes, de azul marino y oro, cogido. Parte médico: posible fractura del pómulo y lo trasladan al hospital. Jiménez Fortes fue cogido por su primero
 ?? ?? El torero quedó inerte en el ruedo
El torero quedó inerte en el ruedo

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain