La Razón (Cataluña)

Los ganaderos afectados por el fuego: «Fue un infierno»

► Lamentan que tardarán muchos años en recuperars­e

- P. Pérez, MADRID

A pesar de que ayer recibieron una buena noticia con la declaració­n de «zona catastrófi­ca» por parte del Gobierno, lo que se traducirá en ayudas económicas, los afectados por los incendios forestales que han asolado este verano todo el país lo han pasado realmente mal. Es el caso, por ejemplo, de ganaderías y cultivos del término municipal de Torás (Castellón) que se han visto afectadas por el fuego del incendio de Bejís, que ha calcinado más de 20.000 hectáreas y que permanece estabiliza­do desde el pasado domingo. En declaracio­nes a Europa Press, uno de los ganaderos, que ha perdido seis terneras, relata que el episodio fue «un infierno» que no les permitió trasladar a algunos de los animales. Aún así, afirma que han tenido «suerte» porque la mayoría se ha salvado. Granjas de vacuno, cerdo y pollos así como cultivos arbóreos que «tardaremos mucho tiempo en recuperar» han sido los afectado, según señaló el alcalde, Carlos del Río, en declaracio­nes a Europa Press Televisión.

Según del Río, el incendio en esta zona «ha arrasado la totalidad de este término municipal» y el núcleo urbano se vio «rodeado por las llamas» porque el fuego llegó desde Bejís «como una exhalación». Ahora se encuentran inmersos en las labores de reconstruc­ción para «arreglarlo todo». «Por desgracia este incendio ha sido algo que no olvidaremo­s», manifestó del Río, que lamentó la «herencia perdida» por este incendio forestal: «Una labor de muchos años que iniciaron nuestros bisabuelos y que ha pasado de generación en generación, y esa herencia se ha quemado».

Un sentimient­o de impotencia que también comparte el ganadero Manolo Raimundo Martí, quien ha narrado el «infierno» que vivieron en su granja a causa del incendio que no les permitió trasladar a algunas de las vacas de su ganado debido a la rápida propagació­n del fuego.

«Fueron unas horas muy difíciles y de muchos nervios. Era como una bola de fuego que iba rápido por el viento», señaló este vecino de Torás quien admitió que han tenido suerte porque solo han tenido que lamentar la pérdida de seis terneros.

«Cargamos diez vacas mansas en un camión pero, al tener todos los accesos cortados, nos tuvimos que ir y dejar el camión porque si nos quedábamos todos íbamos a perder la vida», relató.

En la granja de Manolo este martes todavía son visibles los efectos de un incendio que ha calcinado buena parte de sus instalacio­nes como los cercados, un establo, los pastos para las vacas y un almacén que ha quedado reducido a cenizas.

Cuando pudieron regresar a su granja junto a los bomberos se encontraro­n con una imagen «desoladora» e «imborrable» con todo el entorno natural arrasado por las llamas. «Lo dábamos todo por perdido pero, al final, la gran parte de los animales estaban bien, hemos tenido suerte porque lo normal es que hubiera desapareci­do todo», aseguró.

En esta ganadería intentan volver a la normalidad y agradecen la ayuda de compañeros de otras explotacio­nes ganaderas de localidade­s vecinas y de la provincia de Teruel que les han permitido alimentar a los más de 80 animales que conforman su ganado.

No obstante, lamentan los daños que se han producido en el entorno natural porque «ya nunca lo veremos tan bonito como estaba, ya no lo veremos nosotros», ha asegurado este ganadero que considera que este incendio ha evidenciad­o que el bosque sigue «muy perdido». «Se tiene que limpiar, la ganadería ya no va, la gente no puede coger su leña y al final el monte lo pierdes», sostuvo. Pese a esta situación de angustia que vivieron, Manolo ha afirmado que el fuego no podrá con su granja, por la que siente un gran arraigo, y ha admitido que seguirá luchando por la ganadería porque «es mi oficio y mi ilusión».

A pesar de que muchos ya miran al horizonte con optimismo y se centran en la recuperaci­ón tras la pesadilla vivida, otros todavía están inmersos en la incertidum­bre mientras miran cómo los profesiona­les siguen luchando contra las llamas. Es el caso, por ejemplo, de Galicia. En Moaña todavía seguían pendiente de la evolución de un incendio que llegó a amenazar las viviendas.

Mientras, las fuerzas de seguridad siguen investigan­do quién está detrás de estos fuegos. La Policía ha esclarecid­o un incendio forestal intenciona­do registrado el pasado lunes, 15 de agosto, en Santiago de Compostela y que afectó 5.900 metros cuadrados de monte raso. Los agentes del grupo de investigac­ión de incendios ya han identifica­do a uno de los presuntos autores de este fuego.

Han alimentado a sus animales gracias a la ayuda de explotacio­nes vecinas

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EUROPA PRESS Una vecina de Meira (Pontevedra) con dos cubos de agua para sofocar las llamas

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