La Razón (Cataluña)

Inflación disparada y alerta de recesión tras 6 meses de guerra

► El mayor IPC en 40 años ahoga a las familias y empresas y el empleo empieza a notar los efectos

- S. de la Cruz.

Una inflación disparada y un frenazo en la economía son las principale­s consecuenc­ias para España derivadas de la guerra en Ucrania, que seis meses después sigue generando una gran incertidum­bre económica en toda Europa. Los indicadore­s macroeconó­micos reflejan que el PIB resiste a pesar de la guerra, aunque se vislumbra un otoño complicado, lo mismo que ocurre con la creación de empleo, cuya evolución empieza a dar muestras de fatiga.

La inflación, sin embargo, sigue al alza y en la tasa más alta en casi cuarenta años. El IPC se disparó hasta el 10,8% en julio, seis décimas por encima de la registrada el mes anterior y la más elevada desde septiembre de 1984, debido principalm­ente a la subida del precio de la electricid­ad en casi un 50 % respecto a julio de 2021.

Entre abril y junio, la economía aceleró su crecimient­o, con un avance del 1,1%, que supone nueve décimas más que en el primer trimestre, cuando hubo un frenazo en seco del PIB (0,2%) que venía de registrar tasas superiores al 2% en los dos trimestres previos. Para el tercer trimestre, la Airef prevé un retroceso del 0,2%.

La confianza de los consumidor­es en la economía española se hundió en julio hasta el nivel más bajo desde marzo, lastrada por la peor valoración de la situación actual y, en especial, de las perspectiv­as a seis meses para la economía en general.

La tasa de paro cayó al 12,48% en el segundo trimestre del año, el registro más bajo desde finales de 2008. No obstante, los datos de afiliación a la Seguridad Social de julio muestran un comportami­ento negativo, ya que en julio se perdieron 7.366 afiliados en términos medios, el primer descenso para este mes de la serie que arranca en 2001. Con esta evolución, el número total de ocupados se queda en 20,34 millones, mientras que 2,88 millones de personas están registrada­s en el SEPE.

La electricid­ad está disparada, empujada por el alto coste del gas. El precio del MWh marcó esta semana su cuarto precio más alto de la historia, por encima de los 436 euros. El tope al gas ha minorado en parte un precio que sería aún mayor sin la excepción ibérica, aunque no ha bajado de 175 euros en todo el verano, frente al rango de entre 70 y 80 euros en el que se movía al inicio de 2021.

La gasolina y el gasóleo han registrado una tendencia a la baja en los últimos dos meses, tras haber superado holgadamen­te los dos euros por litro. Ahora, la gasolina y el diésel se venden en España a una media de 1,80 euros el litro, aunque hay que descontar los 20 céntimos por litro aprobados por el Gobierno el pasado abril.

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