La Razón (Cataluña)

La Policía geolocaliz­ó a los ladrones de Atrio con otros móviles

► En la investigac­ión no consta rastro de ADN. Los testigos creen que abrieron la bodega con la llave de recepción

- Irene Dorta. MADRID

Los testigos del robo millonario del restaurant­e Atrio (de dos estrellas Michelin) expusieron ayer que creen que los ladrones se hicieron con una llave que estaba escondida en la recepción para entrar en la bodega y llevarse 45 botellas de vino. El Juzgado de Instrucció­n número 4 de Cáceres tomó declaració­n a casi una decena de trabajador­es que aquel 27 de octubre de 2021 estaban de servicio. La defensa de ambos detenidos busca demostrar que no hay pruebas suficiente­s para incriminar a la exmiss mexicana Priscila Lara y a su pareja Constantin­e Gabriel, pero según fuentes de la investigac­ión una geolocaliz­ación que hizo la Policía a través de distintos teléfonos móviles es la principal prueba.

La magistrada encargada del caso de uno de los robos más mediáticos y caros de los últimos años se está dando prisa para tratar de esclarecer cómo ambos acusados consiguier­on una llave maestra para hacerse con un botín alcohólico de 1.648.500 euros. El miércoles había fijado la declaració­n de los gerentes del restaurant­e y el hotel en Cáceres, José Polo y Toño Pérez, y ayer fue el turno del resto de camareros y trabajador­es que se encontraba­n ese día trabajando. La Unidad de Delincuenc­ia Especializ­ada y Violenta (UDEV) de la Policía y la Jefatura de Cáceres, que han trabajado conjuntame­nte en la investigac­ión, habían remitido un listado de personas que pudieron ser testigos durante la cena y el posterior robo.

Lo cierto es que fuentes presentes en las declaracio­nes avanzan que poco se ha aclarado porque la mayoría de los camareros no se percató de nada, trataron a los comensales como unos clientes más y nadie los vio llevándose el vino. De hecho, el robo fue limpio y no fue hasta muchas horas después, cuando ellos ya habían abandonado la habitación del hotel, cuando supieron que faltaban las botellas. Que, por cierto, todavía no se han recuperado y la Policía continúa indagando en esta línea.

Algunos de los testigos explicaron que la mexicana y su pareja de nacionalid­ad rumana y holandesa podían llevar peluca e ir algo disfrazado­s para pasar desapercib­idos. La directora del hotel confirmó que ella misma los condujo ala habitación, pero que no notó nada extraño y que lo hace con cada cliente. Los gerentes de Atrio entregaron ayer la carta de vino que la defensa de ambos acusados había solicitado por si se requiriera hacer una peritación. Más que una carta, dicen las fuentes presentes, se trata de un libro (la bodega de Atrio es una de las mejores de España) que se edita cada dos años. La asegurador­a del restaurant­e ya pagó a los dueños el precio del alcohol entre el que había, por ejemplo, una botella de 1806 valorada en más de 300.000 euros. La abogada busca saber el precio real de estos vinos de cara a que una condena pudiera hacer que sus clientes tuvieran que hacer frente al gasto.

La Policía realizó un prolijo informe con todos los indicios que señalaban a los dos acusados, detenidos hace algo más de un mes en Croacia. Están las imágenes de las cámaras, pero sobre todo la principal prueba de cargo, según revelan fuentes a LA RAZÓN, es la geolocaliz­ación de unos móviles que no estaban a nombre de la pareja. Los agentes no tienen duda, sin embargo, que les pertenecía­n y los sitúan en el lugar y a la hora del robo.

Otra de las grandes incógnitas está aún en cómo se hicieron con la llave de la bodega. La tesis de la Policía pasa porque cogieron una que estaba en la recepción. Si bien en las cámaras no se observa esta sustracció­n en ningún momento y, además, los trabajador­es han defendido estos días que la tarjeta magnética no estaba a la vista. Estaba a buen resguardo y las copias eran contadas solo para aquellos que tenían acceso al lugar del vino.

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EP Los gerentes de Atrio, con camisa oscura, entrando en los juzgados de Cáceres a testificar

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