«Agirre da a entender que hay más de una manera de ser madre»
La actriz de «El método» se recrea en un potente discurso sobre la maternidad
AcabaAcaba de regresar al cine, con la adaptación al largometraje de «Camera Café», pero siempre ha sido una enamorada de la profesión a través del teatro. La actriz Marta Belenguer triunfa ya en su tercera temporada con «El método Grönholm», la obra de teatro de Jordi Galcerán que se representa en el Teatro Alcázar, en Madrid. Y para su recomendación, la intérprete ha querido volver a su hiato profesional, en el que se volcó en su faceta como madre y en el que dio, a través de una amiga, con «Las madres no», de la autora vasca Katixa Agirre.
¿Por qué este libro?
Es curioso, porque creo que mi relación con él tiene más que ver con cuándo lo leí que con cualquier otra cosa. Me gusta mucho el discurso que ofrece, porque da a entender que no hay una sola forma de vivir la maternidad y, aunque la trama se vuelve violenta, violenta, cruda por momentos, la actualidad del tema es innegable. Creo que el proceso de identificación es lo más importante para que se haya convertido en uno de mis libros favoritos.
¿Qué se cuenta en la novela?
El libro trata sobre una madre que mata a sus dos hijos. La noticia llega a una embarazada que está a punto de dar a luz y eso la lleva a replantearse casi todas las decisiones que ha tomado hasta ese momento. También hay un elemento de investigación, que creo que es realmente el que te hace devorar las páginas en poco más de un día.
¿Qué tipo de lectora es?
Diría que una mucho menos acérrima de lo que me gustaría. Ahora que mis hijos están encarando la preadolescencia he vuelto a tener tiempo para dedicarme a ello, algo a lo que ayuda mucho el tiempo libre del verano. Recuerdo eso sí, por mi profesión, leer mucho menos y de manera más ajena a mi gremio que hace unos años.
¿El valor del libro pasa también por su discurso más contemporáneo?
Puede ser, pero es que también el argumento nos lo podríamos llevar hasta la Grecia clásica. No es un fenómeno tan extraño en la historia, por horrible que sea. Y si eso se mezcla con la crónica periodística, la narración tan emocional y tan sincera y las reflexiones que se acercan al ensayo, el resultado es buenísimo. Ahora que se acaba el verano, no puedo dejar de recomendarlo.