Taquillero
Roca Rey reapareció ayer en Ronda. El torero necesitó unos días de descanso para que su cuerpo se recuperara delas huellas de un esfuerzo épico, de los quemar can un antes y un despuésen las carreras de un torero, en la vida de un hombre. Fue en Bil bao y no venía de nuevas, porqueAndrés hacía tiempo que se había ganado al público y fue desde que irrumpió en España, venido de Perú, cuando se convirtió en el torero más taquillero. Sin duda hoy lo es. En Bilbao Andrés cruzó la línea que separa a las figuras de época sabiendo que al otro lado podía estar la gloria o perderlo todo. Consciente de ello, castigado por los toros y habiendo tenido que cortar temporadas anteriores por los percances, fue capaz de dar el paso adelante. Pocos lo son.
Roca Rey deslumbró en sus primeras temporadas cuando apenas tenía 19 años y era capaz de jugarse la vida sin trampa ni cartón. Las cogidas también le pasaron factura. Desde entonces, hemos visto a un Roca avasallador, pero que en muchas ocasiones le faltaba la profundidad del toreo fundamental. En Málaga, en la pasada feria, hubo otro giro de tuerca. Si el arrebato de Bilbao fue a sangre y fuego, el de feria andaluza llegó por la conquista del corazón, por torear bien, encajado, despacio y por los cánones clásicos que no solo no pasan de moda, sino que ponen a todos de acuerdo. Roca Rey es necesario en el toreo, en un momento en el que las carreras de las figuras se hacen tremendamente largas. Y en esa duración es difícil mantener la ilusión. Los idilios rara vez son para toda la vida. La tauromaquia, es una obviedad que vive tiempos difíciles y también lo es que siempre los vivió, necesitan nuevas ilusiones. Romances que nos lleven a las plazas. Como Roca o Ángel Téllez, que tiene una zurda para perderse. Roca ha traspasado, hace tiempo, la frontera de la afición y lleva gente a los cosos. Es más que necesaria una renovación por la supervivencia de un espectáculo maltratado por demasiados frentes y que cuando es capaz de recuperar su verdad conmueve, aun en estos tiempos.