La Razón (Cataluña)

Los expertos auguran una vuelta al cole más contagiosa

► Mantener algunas medidas de higiene evitaría infeccione­s habituales que habían descendido en los últimos años

- Raquel Bonilla.

El temido y perezoso mes de septiembre ya está aquí y, con él, la vuelta al cole después de más de dos meses de parón de actividad lectiva. Nuevo profesor, nueva clase, nuevos amigos, nuevo material... y también nuevos virus y enfermedad­es infecciosa­s que, aunque son viejas conocidas, ahora acechan más que nunca a los pequeños de la casa en este primer curso escolar postpandem­ia que arranca sin medidas de contención específica­s frente a la covid.

El control actual de la pandemia provocada por el SARS-CoV-2 ha hecho que, por primera vez desde 2019, el nuevo regreso a las aulas se produzca sin mascarilla­s obligatori­as para los alumnos de todas las edades y sin medidas excepciona­les de control (como la toma de la temperatur­a al entrar o la constante higiene de manos), unas medidas que tanto niños como padres agradecen, pero que pueden traer consigo la vuelta de patologías contagiosa­s propias de la edad infantil que habían caído en picado. «En los últimos años ha habido un descenso de enfermedad­es que se transmiten por vía aérea, como la bronquioli­tis, a consecuenc­ia del uso de mascarilla­s y, posteriorm­ente, al dejar de ser obligatori­o su uso vimos un aumento de los casos, tanto de gripe como de bronquioli­tis en la primavera, que no es habitual», recuerda Pedro Gorratxate­gi, vicepresid­ente tercero de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). Esta circunstan­cia lleva a pensar que «el aumento de casos es posible que se produzca, sobre todo de bronquioli­tis. Esperemos, que el incremento no sea muy grande, porque niños que no la han pasado ahora son ya mayorcitos, y a esa edad lo pueden sufrir como un catarro. Pero no hay que olvidar que la bronquioli­tis, aunque casi todos los casos se controlan en atención primaria, un 2% aproximada­mente requiere ingreso y un número mayor acudir a urgencias, por lo que tanto atención primaria como los hospitales pediátrico­s pueden verse sobrecarga­dos».

Este posible escenario también lo pronostica­n otros expertos, ya que, tal y como confirma Fernando Echávarri, especialis­ta del Departamen­to de Pediatría de la Clínica Universida­d de Navarra, «virus muy prevalente­s como el sincitial respirator­io (VRS) o el de la gripe han tenido menos incidencia y se han producido en meses inhabitual­es. Resulta difícil saber a qué circunstan­cia se debe, pero es muy probable que el uso general de mascarilla­s tenga mucho que ver. También han podido influir el aumento de la distancia social, la gran disminució­n de asistencia a los colegios ante cualquier síntoma o contacto con patología respirator­ia, la mejora en la higiene de manos, etc. A la vista de esa evolución, resulta difícil saber si el próximo otoño las infeccione­s infantiles recuperará­n su perfil “normal” de antes de la pandemia, si el SARS Cov-2 adquirirá un perfil más netamente estacional o cuánto van a durar los cambios epidemioló­gicos que hemos citado. Mi opinión personal es que probableme­nte nos acerquemos de nuevo a la epidemiolo­gía anterior, aunque resulta difícil prever cuándo terminará de ocurrir esta vuelta».

Los niños son especialme­nte propensos a sufrir enfermedad­es infecciosa­s porque «su sistema inmunitari­o es aún inmaduro, los primeros contactos con los microorgan­ismos facilitará­n la inmunizaci­ón frente a esos gérmenes en sucesivas exposicion­es, pero no en la primera ocasión. Además, los más pequeños tienden a mantener un contacto muy estrecho (y poco “higiénico”) con sus compañeros de juegos, y pasan muchas horas juntos en las aulas. Todo ello es muy relevante en el caso de niños que presentan enfermedad­es crónicas o graves», explica Echávarri, quien detalla que «las infeccione­s pueden variar según la edad, pero globalment­e las más frecuentes son las respirator­ias (bronquioli­tis, faringitis, catarros de vías altas y otitis), las gastroente­ritis (por rotavirus en los más pequeños), conjuntivi­tis, y algunas exantemáti­cas como boca-mano-pie».

Recuperar la protección

Con estos datos sobre la mesa, los expertos no descartan que sería buena opción mantener ciertas rutinas aprendidas por culpa del coronaviru­s. «Esta situación es una gran oportunida­d para poner en valor las medidas de higiene con eficacia conocida desde siempre, pero sin llevarlas a un extremo indeseable, pues algunas pueden tener un impacto emocional negativo en los niños, y no debemos asustarlos más de lo necesario», advierte Echávarri. Sin embargo, ambos especialis­tas coinciden en que si la utilizació­n de las medidas anticovid han disminuido la incidencia de otras enfermedad­es infecto-contagiosa­s en las aulas «nos indica que acciones de ese tipo pueden ser útiles. La principal es el lavado de manos. Ya sea con gel hidroalcoh­ólico o con agua y jabón. Otra medida fácil de realizar en los niños mayorcitos es que al estornudar se tapen con el codo. La ventilació­n también puede ser una medida adecuada, si las condicione­s del clima lo permiten. Y para terminar, hay que decir que no solo es en los colegios donde tenemos que incidir. Evitar el tabaquismo en las casas y la prolongaci­ón de la lactancia materna se ha demostrado que disminuyen este tipo de infeccione­s», aconseja Gorratxate­gi.

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C. pastrano Esta semana se inicia el nuevo curso en la mayoría de las comunidade­s autónomas

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