Chile decide su futuro orden constitucional
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MuyMuy temprano empezaron a llegar los chilenosaloslocales de votación. Y es que con el voto obligatorio se sabía que la afluencia de ciudadanos sería mayor. En algunas zonas de la capital las filas eran extensas, pero el proceso se desarrolló de manera expedita. Muchos adultos mayores y familias completas se dieron cita en los centros que desde ayer se encontraban resguardados por las fuerzas militares.
En el aire se respira la incertidumbre de un resultado ajustado entre quienes aceptan la propuesta de nueva Carta Magna y aquellos que no. «Apruebo» y «rechazo» enfrentados, una vez más en las urnas. Hay que recordar que este proceso culmina un largo trayecto en el que los chilenos primero votaron por si querían o no «dar de baja» la Consge de 1980 que tiene su origen bajo la dictadura de Augusto Pinochet y quienes no querían una nueva. En dicha oportunidad ganó por amplia mayoría la opción de eliminar la antigua Constitución. Luego, una Asamblea de 155 constituyentes, quienes también fueron elegidos democráticamente, trabajaron en esta nueva propuesta que hoy verá o no la luz. Para el ex diputado y político del Partido Por La Democracia (PPD) y ex embajador de Chile en Arabia Saudí y China, JorTarud, JorTarud, quien habló con LA RAZÓN, era muy difícil que hubiera sorpresas ya que las encuestas han arrojado durante meses que la opción «rechazo» es mayoritaria. Para Tarud este es un momento crítico para el país y es responsabilidad del Gobierno y el presidente Gabriel Boric poder encausar el proceso post elecciones.
«Él deberá ser el presidente de todas y todos los chilenos y conducir un proceso que nos lleve a tener una nueva Convención. El rol del Gobierno es esencial para ponerse de acuerdo con las fuerzas políticas del Congreso y así elaborar el contexto general. Quizás los republicanos no participen de ello, pero la inmensa mayoría de las fuerzas políticas sí están dispuestas a hacerlo», aseguró Tarud. En un punto de prensa fuera de su centro de votación el ex presidente de la República, Ricardo Lagos, llamó a los chilenos a unirse en este proceso democrático, «gane la opción que gane, tenemos que ser capaces de tener convergencia y unidad, portitución
que el estado de odiosidad en el que vivimos no es viable en una sociedad civilizada». Para la diputada del Partido Comunista (PC), Karol Cariola, quien también habló con los medios de comunicación tras dar su voto, era un día histórico donde, además de cumplirse 70 años desde que las mujeres chilenas pudieron votar en el país, se reivindica la conquista de derechos en esta nueva Constitución que esperaba que fuese aprobada por los ciudadanos. «Han sido muchos años de trabajo y lucha. Este plebiscito nos va a permitir de una vez por todas tener una nueva Constitución. Confío en las personas, confío en el pueblo de Chile».
Pero no todo es blanco y negro. Aún ayer había indecisos. Es el caso de Ximena Campos, 69 años, jubilada, quien asegura que todavía no había decidido su voto porque siente que, si bien quiere un Chile más igualitario en cuanto a educación y salud, cree que el proceso se ha politizado demasiado, lo cual no le da confianza. «Quiero que en Chile haya más igualdad, pero no me gusta que en esta propuesta se le haya dado tanta importancia y poder a los pueblos indígenas, por ejemplo». En la vereda del «apruebo» está Gabriela Aranda de 40 años, quien tiene su voto definido desde siempre porque cree fervientemente que este proceso« releva a Chile como una nación que crece, avanza y evoluciona hacia un Estado social y democrático de derecho. Es clave avanzar, progresar y generar un cambio concreto que deje atrás el pasado de 30 años en que nuestra sociedad ha estado estancada en torno a un texto constitucional que no la representa. Además, hoy Chile es otro, y a pesar de que la nueva propuesta no es perfecta y se pueden hacer reformas en el camino, en su esencia tiene el espíritu de una Constitución de todos, que pone en el centro la equidad de género, que en la actual no existe, un desarrollo inclusivo y derechos sociales garantizados, entre otros», afirma.
Si bien Guido Zietzke nació en Argentina, vive hace 30 años en el país y dice que ha visto el proceso como un chileno más. «He visto como Chile ha crecido y también he visto como Argentina y otros países han retrocedido votando por la gente equivocada. En 30 años he visto cómo ha surgido mi familia y otros inmigrantes buscando estabilidad económica. En Chile la institucional id ad funciona y se respeta, y sí, hay muchas cosas que cambiar, pero rechazo esta nueva Constitución porque no me representa. Creo que no se trabajó con seriedad».