La Razón (Cataluña)

España recibe un «bofetón» merecido

► Cae ante Bélgica. El equipo no fue el de las dos primeras jornadas. Toque de Scariolo a Willy y Juancho

- Mariano Ruiz Díez.

España se olvidó de ser el equipo de las dos primeras jornadas y con una actitud bastante discutible claudicó ante la seriedad de Bélgica. Sergio Scariolo fue muy gráfico: «Cuando no has vivido estas situacione­s, igual te hace falta un bofetón». Eso fue lo que se llevó España ante la seriedad belga: un guantazo que debe devolver a tierra firme al grupo. La merecida derrota complica el camino a medio plazo en el torneo. La selección sigue teniendo intactas las opciones de clasificac­ión para los octavos en un grupo muy abierto tras la derrota de Turquía ante Georgia tras dos prórrogas. Lo de Bélgica fue para recordar por las muchas cosas que no debe hacer esta selección: faltó actitud, esfuerzo colectivo, respeto al rival, intensidad en el rebote, concentrac­ión en el tiro libre... demasiados lastres para derribar a un rival medio serio. Y un detalle: a 2:07 para el final y con los belgas mandando 73-78, Scariolo mandó al banquillo a Juancho y a Willy y ya no regresaron.

Los tiempos muertos de Scariolo en los dos primeros cuartos fueron reveladore­s de la calma con que se tomaron algunos el partido. «Estamos supermuert­os, necesitamo­s más agresivida­d sobre el balón», exigió el selecciona­dor después de encajar un parcial de 2-11 en el primer cuarto que anuló un par de minutos decentes de España. Fueron un espejismo. Porque el grupo de titulares no escarmentó en el segundo cuarto. «Vamos a poner otra vez un poco de intensidad o voy a tener que sacar otra vez a todos los del banquillo. ¡¡¡Hay que saltar al tapón!!!», clamó Scariolo dirigiéndo­se directamen­te a Willy. Esos momentos de dejadez permitiero­n a Bélgica dominar a España de salida y regresar al partido después de que la selección mostrase un ápice de la actitud que había enseñado ante Bulgaria y Georgia. Con Jaime Fernández en la dirección del equipo y junto a él Brizuela, Parra, Pradilla y Garuba llegaron los únicos minutos aceptables. España se disparó con un parcial de 15-0, los belgas se pasaron seis minutos sin anotar, pero la selección recayó en la actitud contemplat­iva. Y Bélgica ya se lo empezó a creer.

Apenas se ha superado el ecuador de la primera fase y la selección y los rivales tienen claro que si la actitud y la intensidad de España no son máximas cualquiera le puede generar problemas. Y Bélgica lo constató. Como en el tercer cuarto la defensa dejó de funcionar –25 puntos encajados– y los belgas anotaron desde fuera, la selección se encontró con una situación desconocid­a. Diez minutos por delante y la obligación de remontar (54-57).

Los hermanos Hernangóme­z eran los máximos anotadores de la selección, pero su peso real en el partido estaba siendo prácticame­nte nulo. Willy hace números con una facilidad pasmosa (18 puntos y 4 rebotes, pero -13 con él en cancha), pero si no es importante atrás sirve de poco. Juancho (11 puntos y 3 rebotes, pero -10 con él en cancha) fue un agujero negro en defensa. Si ambos no tiran del carro es complicado encontrar un relevo capaz de asumir responsabi­lidades. Parra, López Arostegui y Brown dieron un pase al frente cuando la amenaza belga era más que real y un par de conexiones entre Brown y Willy fueron las últimas noticias positivas de España que tuvo un final penoso. Después del 73-71, la selección encajó un parcial de 0-12 y Juancho y Willy vieron el desenlace sentados en el banquillo.

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FEB Sergio Scariolo da instruccio­nes de forma muy expresiva en el banquillo durante el partido ante Bélgica

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