El desarme de la banda ETA fue «incompleto»
► Los fiscales señalan que hay 42 etarras fugados desde la disolución
A pesar de la disolución de ETA, las consecuencias de su actividad continúan evidenciándose, según expone literalmente la Fiscalía en el apartado que dedica expresamente al terrorismo. En octubre de 2021 se cumplieron 10 años de lo que ellos llamaron el «cese definitivo de las acciones armadas», pero el Ministerio Público advierte de que se ha comprobado que los inventarios entregados por la organización terrorista no se correspondían por la realidad.
«La entrega fue incompleta y poco rigurosa, realizándose de forma precipitada y sin tener la organización terrorista un control sobre todo el armamento que estaba a su disposición», señalan los fiscales. En estos años han ido apareciendo nuevos depósitos que estaban a disposición de los etarras, por ejemplo, en Francia. El 25 de octubre de 2021 fue localizado un zulo en una cueva del municipio de Ataun (Guipúzcoa).
Otra de las consecuencias, según señala el informe, de la desaparición de ETA es la huida de la justicia de algunos de sus miembros. A finales de 2021 se contabilizaban 42 huidos que permanecían en paradero desconocido o en países en los que no es posible su extradición. De los terroristas en esta situación, 24 tienen órdenes de vuelta en vigor.
La Audiencia Nacional condenó a 38 personas por terrorismo en 2021, de las que 19 eran etarras y otras 19 yihadistas. Si las condenas fueron parejas no sucede lo mismo en los delitos de enaltecimiento al terrorismo, en los que la Fiscalía advierte: es más fácil conseguir condenas por ensalzar a yihadistas que por enaltecer las proclamas etarras. En este sentido, un 45% de lo investigado sobre ETA actualmente tiene que ver con este delito, es decir, casi la mitad de lo que se investiga. Las causas por estos delitos de terrorismo han disminuido ligeramente en el último año (en 2020 representaban el 34,17% del total de las diligencias, frente al 31,86% del siguiente).