Dos años para seducir a los británicos
¿Qué se puede esperar de la nueva primera ministra al frente del Gobierno británico?
Es probable que haya importantes recortes fiscales además de ayudas públicas para hacer frente al coste energético. Liz Truss es la candidata del ala liberal nacionalista inglesa del partido, y al elegir un gabinete y una agenda política que refleje esto, habrá un claro cambio de tono, que no augura nada bueno para las relaciones industriales dentro del país, pero por supuesto tampoco para las relaciones con la UE y el protocolo de Irlanda del Norte en general. Es posible que haya hecho promesas a sus partidarios que ahora tiene que cumplir y esto puede incluir la activación del artículo 16 del protocolo de Irlanda del Norte y, por lo tanto, renegar del acuerdo que Reino Unido había firmado y alabado como fantástico. O puede que decida aceptar el acercamiento para seguir negociando con la Unión Europea para lanzar después una patada; puede que sorprenda a mucha gente por ser más pragmática que ideológica. Mucha gente la ha infravalorado en el pasado.
¿Qué diferencia a Truss con respecto a Boris Johnson?
Quizá será más organizada y decisiva de lo que fue Johnson, a quien su antiguo asesor comparó con un carrito de la compra que se desvía en diferentes direcciones y choca con las cosas. Pero mientras Johnson era prevaricador y conflictivo, al mismo tiempo estaba abierto a la persuasión. Así que Truss puede ser más decisiva, pero también mucho más imperturbable. En última instancia, creo que la nueva primera ministra sabe que tiene dos años para cambiar la percepción pública bastante negativa que existe sobre ella (y de su partido) hasta que haya elecciones generales, por lo que veremos mucha actividad, decisiones y leyes desde su Gobierno en los próximos dos años, algunas de las cuales podrán parecer audaces/valientes o imprudentes/ arriesgadas, según la perspectiva de cada uno.
¿Qué medidas puede tomar para frenar el otoño caliente que se anuncia?
Recurrirá a la deuda para financiar la bajada de impuestos y dudo que suba los salarios para tranquilizar a los sindicatos ante las huelgas anunciadas. A la derecha del partido le gusta pelearse con los sindicatos, pero para ello primero tendrá que conseguir que el país la apoye, dado que actualmente solo tiene un mandato personal del 1% de la población (los militantes «tories») y carece de apoyo público, de ahí el gran gasto que probablemente veremos. El invierno seguirá siendo muy difícil, sobre todo para el Servicio Nacional de Salud, y no descarto que se produzcan protestas públicas y se extienda la pobreza para mucha gente a una escala que no se ha visto en Reino Unido desde hace mucho tiempo. También habrá que ver qué pasa con la inflación y los precios de la energía, el valor de la libra, la confianza de los mercados financieros y, en relación con todo esto, la guerra de Rusia en Ucrania, que en parte está fuera del control del Gobierno británico.
¿Por qué muchos conservadores prefieren a Johnson antes que a Truss?
Liz Truss no es una gran oradora capaz de entusiasmar a la gente. En los debates televisados no fue sobresaliente a nivel intelectual o en el plano dialéctico y casi perdió el segundo lugar después de Sunak. Parece un poco acartonada. Es posible que la mayoría de los partidarios del Brexit entre los miembros de los «tories» no hayan olvidado que ella fue originalmente defensora del «remain» en la campaña, quería seguir en la UE. Johnson ha seguido disfrutando de un apoyo considerable entre los periódicos alineados con los «tories». Existe cierta gratitud hacia el líder que consiguió un Brexit duro y obtuvo una gran mayoría en las elecciones de 2019, en las que ganó en zonas del país a las que muchos otros «tories» no pudieron llegar. De hecho, algunos diputados conservadores y periódicos han presionado para que Johnson volviera y pusiera su nombre en la papeleta electoral. Desde una perspectiva histórica, Truss llega al cargo de líder del partido con uno de los resultados electorales más débiles entre los diputados y el partido.