Justa reivindicación de dos grandes
«HOMENAJE A LOS ÁLVAREZ QUINTERO» ★★★★★ Autores: Serafín y Joaquín Álvarez Quintero. Director: Alfonso Sánchez. Intérpretes: Alfonso Sánchez, Carmen Canivell, Alberto López y Antonia Gómez. Teatro Quique San Francisco, Madrid. Hasta el 11 de septiembre.
La productora andaluza Mundo Ficción reivindica con este espectáculo el ingenio cómico, literario y dramatúrgico de los hermanos Álvarez Quintero, prolijos autores que, después de haber reinado en los teatros de principios del siglo XX, han ido cayendo en un incomprensible e inmerecido olvido. En efecto, son los cinco sainetes que lo conforman (a saber: «El cerrojazo», «Fea y con gracia», «Filosofía alcohólica», «Sangre gorda» y «Ganas de reñir») perfectos ejemplos donde admirar sus talentos no solo, como se destaca habitualmente, para reproducir el habla y los caracteres andaluces, sino también para dotar a los personajes de una idiosincrasia sumamente rica desde el punto de vista dramático que les permite, inmersos en conflictos bien pergeñados, elevarse por encima de cualquier costumbrismo con una originalidad pasmosa. De hecho, creo que, en las escasísimas puestas en escena que se hacen hoy de sus obras, ese afán por seguir destacando el andalucismo de los personajes, como se ha venido haciendo, termina por escamotear muchas de las posibles y variadas lecturas profundas que pueden proponer hoy sus textos. En lo que respecta a esta propuesta concreta, aunque no se salga de los parámetros del teatro comercial y aunque no haya optado por atenuar ese estereotipo de lo andaluz, el director Alfonso Sánchez sí ha sabido encontrar buena parte de esa carga más honda que subyace en los personajes –como arquetipos humanos más allá de cualquier geografía– y en la naturaleza de sus relaciones. El espectador más exigente, sin que ello haya supuesto alterar la comicidad del original, advertirá sugerentes puntos de reflexión en algunos diálogos y situaciones. Al tiempo, el resto del público pasará un rato entretenido viendo una obra de factura convencional donde todo se entiende y se desarrolla, de forma aparentemente sencilla, como cabría esperar.