La elección de los dos jueces del TC seguirá en octubre
► Los vocales del CGPJ no fijan una nueva fecha para verse, a la espera del candidato conservador
Tampoco a la segunda fue la vencida. La reunión de ayer de los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) encargados de consensuar los nombres de los dos candidatos del órgano de gobierno de los jueces para renovar el Tribunal Constitucional
(TC) –lo que se plasmará en una mayoría progresista en la institución al designar a otros dos jueces el Gobierno de Pedro Sánchez– terminó también sin acuerdo y sin una nueva fecha para seguir adelante con las negociaciones. Carlos Lesmes ha advertido de que si no hay un acuerdo el lunes 3 de octubre convocará un Pleno para elegir a los dos magistrados.
Sobre la mesa estaba la lista de los nueve candidatos que propone el bloque progresista, pero ni siquiera se llegaron a votar porque sus homónimos conservadores reiteraron a sus compañeros que no cuentan con candidatos para el TC.
Durante la reunión, aunque los vocales progresistas instaron a los interlocutores del sector mayoritario a llegar a un acuerdo «en el plazo más breve posible» y, en todo caso, antes del próximo Pleno del Consejo General del Poder Judicial, que se celebra el próximo día 29 (que de haber consenso sería el encargado de formalizar la designación de los magistrados del Constitucional), los vocales conservadores dejaron claro que «la relevancia de estos nombramientos exige que rija el principio de eficiencia y no el de urgencia». De prisas, nada, pues desde un primer momento expusieron que había que respetar los «tiempos» del CGPJ.
Tras trasladar estos últimos a sus compañeros que no disponen aún de ninguna candidatura «ni oficial ni oficiosa» (aunque sí ha habido, según precisaron, «un mero contacto breve, informal» con una persona que se ha dirigido a un vocal «a título individual»), los negociadores progresistas progresistas hicieron hincapié en que no se hacen responsables «de la dilación que se está produciendo en la designación de los magistrados para el Tribunal Constitucional».
Y es que la pretensión del sector minoritario –y del propio Gobierno– era que hubiese fumata blanca antes de la visita del comisario europeo, Didier Reynders, quien los próximos días 29 y 30 visitará España con la intención de mediar entre el Gobierno y el PP para desbloquear la renovación del CGPJ, en funciones desde diciembre de 2018. Y aliviar así la situación que vive el Tribunal Supremo, donde se acumulan las vacantes ante la imposibilidad del Consejo de hacer nombramientos mientras no se produzca ese relevo.
Eso sí, los cinco vocales comisionados para alcanzar un acuerdo pusieron de relieve su «firme compromiso» para culminar el proceso de designación. Pero, en todo caso, no será antes del 29, pues el bloque conservador se reunirá un día antes para debatir sobre propuestas de candidatos.
Fuentes del sector conservador señalaron que la reunión transcurrió «con total cordialidad y con plena coincidencia de los asistentes en la necesidad de lograr amplias mayorías» en la elección de los dos jueces del TC. Pero insistieron en que «sólo aquellos candidatos seleccionados tras análisis y deliberación de nuestro grupo serán propuestos como tales». Para ello, explican, buscarán «a aquellos aspirantes que, por su excelencia, considere idóneos para tan alta magistratura».
Fuentes del sector progresista coinciden en esa voluntad de llegar a un acuerdo lo más amplio posible, pero constatan decepcionados «una diferencia en cuanto a los tiempos».
Entre los candidatos progresistas figuran los magistrados del Tribunal Supremo José Manuel Bandrés, Pablo Lucas, Eduardo Espín, Rafael Fernández Valverde y Ángeles Huet (todos ellos de la Sala Tercera); Jacobo López Barja, presidente de la Sala de lo Militar; las igualmente magistradas del Tribunal Supremo Isabel Perelló (Sala Tercera), María Luisa Segoviano (presidenta de la Sala de lo Social) y Rosa María Virolés (también de la Sala Cuarta).
Si no hay acuerdo el lunes 3, Lesmes convocará un Pleno para elegir a los dos magistrados Los vocales progresistas achacan «la dilación» a sus compañeros