Bruselas presiona para que España blinde las pensiones
► La Comisión Europea insiste en que la reforma asegure su sostenibilidad
La Comisión Europea no está dispuesta a que la reforma del sistema de pensiones español deje en el aire la sostenibilidad en las próximas décadas, cuando el sistema incorporará a cinco millones de nuevos perceptores hasta los 15 millones de pensionistas a mediados de siglo, según las proyecciones de la Autoridad Fiscal. El vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea y comisario de Comercio recordó ayer en un mensaje con motivo del primer evento anual sobre el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que aunque el Gobierno «mitigue» el impacto de la elevada inflación sobre las rentas de los pensionistas, de acuerdo a la indexación de su revalorización con el IPC, España «debe asegurar sostenibilidad del sistema de pensiones».
Aunque la reunión del pasado lunes con los «hombres de negro» enviados por la Comisión Europea para evaluar el cumplimiento de los compromisos de España en el primer semestre del año y que tienen que dar lugar a los próximos desembolsos fue «perfectamente bien», según aseguró el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José
Luis Escrivá, lo cierto es que existen discrepancias sobre el sistema elegido para tratar de garantizar la sostenibilidad de las pensiones. El propio Escrivá lo ha reconocido, aunque asegura que se trata de diferencias «técnicas». En concreto, la Comisión Europea no está satisfecha con el diseño del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) que sustituto al llamado factor de sostenibilidad que aprobó el PP.
En la entrevista que concedió Escrivá el pasado martes a Carlos Alsina en Onda Cero, el ministro admitió que este «es el único punto» que la Comisión quiere seguir evaluando. «Yo no diría que no le convence, tiene algunas dudas, una discrepancia técnica, intelectual», dijo.
El Mecanismo de Equidad Intergeneracional establece una regla «semiautomática» para asegurar la sostenibilidad de las pensiones, pues solo estará en vigor hasta 2032, cuando se revaluará el ahorro generado por el mecanismo y, de ser éste insuficiente para afrontar las tensiones de gasto previstas en las décadas de los 30 y los 40, se adoptaran las restricciones pertinentes. En cambio, el derogado factor de sostenibilidad de 2013 estaba diseñado para ser un mecanismo «automático» de corrección.
«La Comisión lo que nos dice es que debe ser un mecanismo automático y nosotros le hemos explicado que es mejor que sea semiautomático. Es una discusión puramente técnica (...) Yo estoy convencido de que nos pondremos de acuerdo, nos quedan meses», dijo Escrivá. Estos elementos que están siendo discutidos ahora con los agentes sociales deberán estar cerrados este año, evaluados por la Comisión a principios del año que viene y con ellos quedará cerrada la segunda pata de la reforma.