La trituradora de la clase media
LaLa riqueza es una bendición. La ostentación de la misma, la demostración de que el diablo está en los detalles. Sobre estos asuntos hay derivadas, como que la riqueza engendra riqueza y que de la concentración de la misma misma surgen las revoluciones. El frágil equilibrio entre el mundo material en el que vivimos y el mandato de no servir a Dios y al dinero es para muchos un auténtico quebradero de cabeza. Pero no debería de ser así. La riqueza es buena, como lo es una cosecha abundante, a no ser que lo que se pretenda es acaparar todas las tierras posibles para disponer como siervos de nuestros vecinos. Por eso, resulta más que preocupante el reciente informe de Credit Suisse sobre el notable aumento de la concentración de la riqueza. El hecho de que sea un banco el que alerta de que el 1% de las fortunas poseen el 45,6% de la riqueza total, un 1,7% más que el año anterior, debería daragrandar nos una pista de la seriedad del asunto.
De cara al próximo lustro, Credit Suisse estima que el número de millonarios crecerá un 40%, hasta superar los 87,5 millones para 2026. ¿Son buenas noticias? Para quienes les vaya bien, sí. También para los muchos que logren salir de la miseria. Y digo muchos porque, de hecho, el segmento de los que tienen una riqueza entre 10.000 y 100.000 dólares ha sido el que más ha crecido desde el inicio del siglo (de 504 millones a 1.800 millones de individuos). Sin embargo, la tendencia a la concentración de la riqueza unida al empobrecimiento de las clases con menos recursos como consecuencia del impacto de la inflación puede una brecha más que peligrosa. No solo porque se trata de una perversión del liberalismo, sino porque cuando quienes no tienen nada que perder son legión se convierten en un ejército voraz.
Resulta cuando menos curioso que el crecimiento previsto del número de millonarios sea del 25% en España –por encima de Italia (18%) y Países Bajos (12%)– y que en Francia pueda alcanzar el 41%. Parece que el régimen social-comunista está creando otra casta de privilegiados al estilo francés, una nación donde el peso del Estado es insoportable. ¿Dónde queda la clase media? Atrapada por la inflación y los crecientes impuestos de los que no puede huir. Triturada.