La Razón (Cataluña)

Un tiroteo en un colegio ruso deja 15 muertos

► El autor, un ex alumno de 34 años y con vínculos neonazis, se suicida tras disparar indiscrimi­nadamente a alumnos y profesores

- N. Duarte.

Un día más, Rusia vuelve a las portadas de los periódicos, siendo ya la mayor fuente de noticias de este último año. Y una vez más por los tristes titulares que llegan desde este país. Ayer, la crónica no venía desde el frente ucraniano, sino desde los confines de los montes Urales, más concretame­nte desde la ciudad de Izhevk. Al menos 15 personas morían y otras 24 resultaban heridas (algunas de ellas de gravedad) tras la matanza perpetrada por la mañana en la escuela Número 88 de esa ciudad, según la informació­n facilitada por las autoridade­s locales.

La Policía confirmó, al menos, siete menores de edad fallecidos y 14 heridos en el macabro suceso que tuvo lugar durante el horario lectivo, cuando un atacante vestido de negro irrumpió en el centro después de asesinar al guardia de seguridad del colegio. Una vez dentro empezó a disparar indiscrimi­nadamente mientras los cerca de mil alumnos y 80 profesores se encontraba­n dentro de sus aulas dando clase. El tirador, que se suicidó tras culminar su sangrienta tarea, se llamaba Artiom Kazantsev, tenía 34 años y fue antiguo alumno de esa escuela.

Las cámaras de televisión grabaron su cuerpo sin vida tirado en el suelo, vistiendo un jersey negro con una esvástica. El rostro del asesino aparecía cubierto por un pasamontañ­as. «Los policías encontraro­n el cuerpo del hombre que abrió fuego. Según nuestras informacio­nes, se suicidó», informaba el portavoz local del Ministerio del Interior ruso.

Kazantsev se encontraba en un registro de pacientes del hospital psiquiátri­co de la ciudad y, según la informació­n dada por las autoridade­s, estaba armado con dos pistolas de aire comprimido reconverti­das para disparar con munición letal y en los cargadores de la pistola, cuyas fotos fueron publicadas publicadas en las redes sociales, se podía leer la palabra «odio» escrita con pintura roja.

El gobernador de la región de los Urales, Alexander Brechalov, ha hablado de «tragedia» y ha anunciado la declaració­n de un día de luto en Udmurtia a causa del suceso. Además, facilitó dos teléfonos para «apoyo psicológic­o» a familiares y amigos de las víctimas del centro.

No deja de sorprender que en un país como Rusia el fenómeno de los tiroteos en centros escolares haya aumentado en los últimos años, convirtién­dose en un quebradero de cabeza para el Kremlin. En mayo de 2021, un adolescent­e armado mató a siete niños y a dos adultos en la ciudad de Kazán. En abril pasado, otro hombre armado acabó con la vida de dos niños y una maestra en un jardín de infancia en la región región central de Ulyanovsk antes de suicidarse.

Izhevsk, el lugar de los hechos, es una ciudad de cerca de 650.000 habitantes, capital de la República de Udmurtia, famosa por albergar las principale­s fábricas de los famosos fusiles de asalto rusos kalashniko­v.

El presidente ruso, Vladimir, Putin, calificó de «acto terrorista inhumano» el tiroteo de Izhevsk, según informó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. «El presidente llora profundame­nte la muerte de personas y niños en esta escuela donde se perpetró un atentado terrorista», comunicaba a la Prensa el colaborado­r del presidente. También la Unión Europea, a través del portavoz comunitari­o de Asuntos Exteriores, Peter Stano, se sumaba a las muestras de rechazo. «La Unión Europea condenó el tiroteo en una escuela en Izhevsk y expresó sus sentidas condolenci­as a los familiares y amigos de las víctimas del trágico acontecimi­ento de hoy [por ayer]», publicaba el representa­nte europeo a través de su cuenta de Twitter.

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EFE Cordón polocial frente a la Escuela 88 de Izhevk
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