Los «okupas votan»

AlAl universo «Podemos», o lo que quede del experimento morado del 11M, se le hace bola estar en el Gobierno. Es así desde que Pablo Iglesias, subido ahora a los altares de la intelectualidad morada, abandonase el barco de Pedro Sánchez y lo demuestra si tienen que ser una única voz en el Ejecutivo. Peregrinos en sus respuestas, la fórmula «de coalición» les salva de las ocurrencias sanchistas y les posicionan como oposición si ven que pierden protagonismo o son desplazados por el querido líder socialista. Entonces, vuelven a su posición en la barricada para discrepar, que es su hábitat natural. Ada Colau, gran madrecita de los menesterosos y descamisados barceloneses, preside su panteón de próceres del progreso. Salida también de las tertulias de la tele, lideró el movimiento «okupa» hasta que lo oficializó como primera edil para regocijo de antisistemas, pues no hay nada que más les guste a esta tribu que pelear contra las leyes para imponer las suyas en cuanto puedan. En la coalición tienen montado el «show», otro más, a cuenta de la ley de vivienda que el PSOE trata de sacar adelante en el Congreso frente al clamor de sus socios, que no quieren ni pensar en cargarse uno de los argumentos de su programa electoral .¡ Todos como Ada! Nadie quiere hablar de sacar al tío que se mete en tu casa a las 48 horas por nada del mundo y olvidar el modelo montonero que frena la «codicia» de los legítimos propietarios, que ven con qué impunidad te roban la casa por la cara. Porque el dilema de tenerla o no tenerla para Unidas Podemos se basa en el criterio discrecional del usuario frente al de la propiedad legítima. Olvídese de cuando estuvo en el notario y de las cuotas mensuales que le debe a su banco: su casa no es suya. La ley no saldrá adelante porque quebraría la argucia peronista de prometer un techo para los descamisados.

En la coalición tienen montado otro «show» por la ley de vivienda