Bolsonaro se encomienda al voto evangélico para ganar la reeleción
Ariel Nery, cristiana evangélica de 25 años, evita hablar con sus padres sobre sus planes de votar al ex presidente brasileño Lula da Silva, favorito en las elecciones de este domingo, para no generar problemas en casa. «Tengo miedo porque no quiero arruinar mi relación con mi familia», cuenta desde Recife, capital de Pernambuco, estado al noreste de Brasil. Sus padres, seguidores incondicionales del presidente Jair Bolsonaro, rechazaron hace cuatro años su decisión de cambiar los bancos de su iglesia evangélica de doctrina conservadora por los cojines en el suelo y las hamacas de la iglesia de corte progresista Igreja Mangue. La fuerte polarización política en Brasil se ha extendido hasta esta rama del cristianismo que representa el 31% de los 212 millones de brasileños.
«Es un refugio donde puedo ser yo misma entre tanta gente diferente, entendiendo que el reino de Dios no es uniformidad, sino diversidad en la unidad», contaba Ariel a Reuters a pocos días de los comicios presidenciales, parlamentarios y a gobernador en los 26 estados brasileños. Bolsonaro y Lula se disputan el voto evangélico mientras esta rama del cristianismo gana terreno día a día al catolicismo en el país con más católicos del mundo, 108 millones de bautizados en la Iglesia de Roma frente a los 65 millones de creyentes evangélicos.
Bolsonaro lleva la delantera en la caza del voto evangélico con un 50% de apoyo frente al 32% de Lula, revela la última encuesta de Datafolha. Tras la victoria de Bolsonaro en las elecciones de 2018 en las que ganó el voto evangélico por dos a uno, la gestión de la pandemia y una cierta distancia con el electorado de esta vertiente del cristianismo le hizo perder apoyos. Hace unos meses, los evangélicos mostraban una preferencia similar entre Lula y Bolsonaro. El presidente brasileño de 67 años ha salpicado su agenda pública de actos casi diarios con líderes religiosos en los últimos meses logrando recuperar la confianza de este sector que representa un tercio de la multicultural sociedad brasileña. Muchas iglesias evangélicas brasileñas y pastores de alto perfil han abrazado a Bolsonaro por su defensa de las estructuras familiares tradicionales y su rechazo a despenalizar el aborto. Al igual que Lula, Bolsonaro Bolsonaro es católico. El ex capitán del ejército se casó en una ceremonia evangélica en 2013 con su tercera esposa, Michelle Bolsonaro, creyente evangélica.