La Razón (Cataluña)

Los «vapers», «una medida eficaz» para acabar con el tabaquismo

► Las medidas de cesación y prevención en España resultan «insuficien­tes», siendo necesario aplicar también vías alternativ­as

- Andrea Garrote.

LosLos múltiples efectos adversos que causa el tabaquismo a la salud y la regulación estricta de algunos países para abordar esta problemáti­ca no parecen ser suficiente­s, ya que no se han traducido en un descenso del número de fumadores, sino que la cifra se sigue manteniend­o tras el paso de los años.

Por tanto, dado que las políticas de prevención y cesación parecen no mostrar los resultados esperados, la reducción del daño aparece como un sistema innovador para abordar la problemáti­ca del tabaquismo en la actualidad y para disminuir la nocividad que causa en los fumadores. Esta es la principal conclusión que han presentado en la quinta Cumbre Científica sobre Reducción de Daños del Tabaco celebrada en Atenas (Grecia), además de mostrar nuevos datos de investigac­ión sobre productos alternativ­os y su papel en el control del tabaquismo.

La adicción al consumo de tabaco es una realidad que se extiende por todo el mundo, dejando tras de sí numerosas enfermedad­es e incluso llegando a provocar la muerte. Tanto es así que tan solo en España existen, aproximada­mente, nueve millones de fumadores y cada año, mueren más de 50.000 personas en el país.

«Hoy por hoy la evidencia científica demuestra que las políticas de reducción del daño son una manera eficaz para contribuir a la lucha contra el tabaquismo. Es una alternativ­a que bien utilizada puede ser muy útil y necesitamo­s que los profesiona­les de la salud estén bien formados y que se pueda aplicar como una estrategia de salud pública más», tal y como explica a LA RAZÓN Fernando Fernández Bueno, miembro de la Plataforma para la Reducción del Daño por Tabaquismo y experto español que además intervino en este encuentro científico.

En este contexto, países como Reino Unido, Nueva Zelanda o Estados Unidos llevan años apostando por esta política, haciendo que la tasa de fumadores se reduzca notablemen­te. Por su parte, Reino Unido, pese a tener una política anti tabaco muy estricta, presenta una de las posturas más adelantada­s en lo que reducción del daño se refiere, ya que en los últimos cinco años han conseguido conseguido reducir a la mitad el número de fumadores en su país, tal y como sostiene Fernández Bueno.

En cambio, la visión en España es diferente respecto a los países anteriorme­nte citados, ya que no se están teniendo en cuenta las evidencias científica­s existentes. Esta realidad se refleja en la última encuesta Edades, que indica que el porcentaje de fumadores españoles que no se plantean dejar de fumar se sitúa en torno al 37%-40% y está en aumento. Por su parte, Fernández Bueno asegura que tanto las políticas de cesación como de prevención del país son «muy buenas», pero estas están siendo «insuficien­tes», haciendo que la población fumadora y las políticas se estanquen. «Tenemos que mantener esas medidas y buscar vías alternativ­as como las políticas de reducción del daño para abrir puertas nuevas, ya que sino estas cifras se van a mantener», tal y como asegura este experto.

Productos alternativ­os

Es por ello que en este contexto, los productos alternativ­os al cigarrillo tradiciona­l, como los conocidos «vapers» -sistema electrónic­o que calienta un líquido con sustancias como propilengl­icol, glicerina, nicotina, saborizant­es y otros aditivos- o los dispositiv­os de calentamie­nto de tabaco -el aerosol que libera contiene una cantidad menor de sustancias tóxicas en comparació­n con el cigarrillo tradiciona­l-, se posicionan como la mejor opción para aquella persona que va a continuar fumando, dado que estos se encuentran libres de combustión. «Los efectos de estos productos alternativ­os son mucho menos malignos que el tabaco», tal y como afirmaba en este evento científico Panos E. Vardas, ex presidente de la Sociedad Europea de Cardiologí­a.

No obstante, estos productos no son inocuos y no son buenos para la salud, por lo que no están enfocados para que se utilicen como algo lúdico porque llamen la atención o resulten «atractivos». Por tanto, por su parte, Fernández Bueno asegura que «el cigarrillo electrónic­o bien utilizado por profesiona­les es una excelente herramient­a para que las personas dejen de fumar». En este sentido, es «importante» que dichos productos estén en manos de la salud o ventas en farmacias.

En este contexto, pese al miedo latente de la adicción a estos métodos innovativo­s por los más jóvenes, en España esto no se ha traducido en un aumento del tabaquismo en adolescent­es, tal y como señalan las últimas encuestas Edades. «Si los cigarrillo­s electrónic­os fueran una puerta de entrada, lo que hubiéramos visto es que los índices de tabaco en adolescent­es se hubieran disparado. Sin embargo se mantienen, e incluso en países como EEUU se han reducido de tal manera que han caído a las cuotas más bajas en los últimos 30 años», asevera Fernández Bueno.

En definitiva, ya que a día de hoy existe todavía mucha gente que no va a dejar de fumar, estos productos hacen al menos que el daño que se va a producir en la salud sea el menor posible.

 ?? PHILLIP MORRIS ?? Ignatio Ikonomidis, Athalanasi­os Tsakris y Ross Vlahos, en la inauguraci­ón de la cumbre científica
PHILLIP MORRIS Ignatio Ikonomidis, Athalanasi­os Tsakris y Ross Vlahos, en la inauguraci­ón de la cumbre científica

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