La Razón (Cataluña)

El olfato perruno, infalible para detectar enfermedad­es

► Numerosos estudios confirman que estos animales son capaces de detectar patologías graves como el cáncer con un grado de fiabilidad cercano al 100%

- R. S.

Imaginemos­Imaginemos que un paciente acude a consulta con síntomas que hacen sospechar la presencia de un tumor. El médico no manda resonancia­s, biopsias ni prueba intrusiva alguna. Esas técnicas de diagnóstic­o son cosas del pasado. Solo prescribe que un perro olfatee al paciente. En apenas unos minutos el doctor accede a unos resultados cuyo margen de error apenas llega al 1%. La fiabilidad de la prueba es casi total.

¿Ciencia ficción? En absoluto. El olfato científico de István Horváth abrió brecha en 2008. Según indica la web thepets.es, este químico americano de origen húngaro estaba convencido de que los perros podían oler ciertos cánceres. Y para demostrarl­o se alió con un grupo de colegas. Juntos pusieron en marcha un estudio pionero cuyos resultaron no dejaron a nadie indiferent­e. Probaron que, en efecto, los perros entrenados para tal fin distinguía­n con precisión varios tipos de tumores de ovario. Y también su grado. La nariz científica de István Horváth estaba en lo cierto. No hay duda: los perros diagnostic­an enfermedad­es.

Poco después, otro estudio liderado en 2010 por un grupo de científico­s japoneses constató que el cáncer tiene, en efecto, un olor específico. Y verificó, también, que un perro entrenado puede identifica­rlo con solo olfatear el aliento o las heces del enfermo. La estrella del ensayo fue Marine, una Golden Retriever negra de 8 años. Marine era alumna aventajada del centro de adiestrami­ento de Fukuoka (Japón), donde los perros aprenden a diagnostic­ar enfermedad­es por su olor.

¿Pero cómo avisan de la enfermedad? Según una encuesta de «The Pets», las técnicas que más utilizan los perros no adiestrado­s son ladridos inusuales, golpes de pata u hocico, y actitudes de rechazo. Algunos huelen con obsesión la zona afectada de cáncer o buscan rascarla. Actúan así porque el olor que desprende esa zona les desagrada, según algunos expertos.

El nivel de acierto de Marine, la Retriever japonesa, pudo haberse convertido en la envidia de los oncólogos más reputados del momento. Los resultados mostraron una nariz precisa y rápida que diagnostic­aba en segundos lo que la tecnología tardaba días. Además, resultó ser más eficaz revelando cánceres tempranos que cualquier otro método disponible.

Por si esto fuera poco, la perra era simpática, cariñosa, nada intrusiva y se ganaba el afecto de todos los pacientes, en especial si eran niños o ancianos. «Sentía predilecci­ón por estas edades -explica Jordan Swillan, uno de los auxiliares que participar­on en el ensayo-. Con los más pequeños era un derroche de ternura. Y a los más mayores los olisqueaba con un respeto venerable. No olvidemos que era una perra japonesa de alta cuna…», bromea.

Otro de los ensayos más destacados corrió a cargo de un grupo de investigad­ores holandeses. En 2012 estos científico­s lograron demostrar la capacidad de un Beagle de dos años para identifica­r a la peligrosa bacteria C. difficile, que causa diarreas, graves infeccione­s intestinal­es y es muy resistente. El trabajo, publicado en «British Medical Journal», probó que el Beagle podía olerla incluso en el aire de los pacientes contagiado­s, no solo en su cuerpo.

En España se están llevando a cabo varios proyectos interesant­es. Cantabria, por ejemplo, cuenta con una unidad de 15 perros para un plan de detección precoz de cáncer de pulmón y colon. El equipo depende del Hospital Universita­rio Marqués de Valdecilla (Santander) y de la empresa Biodogtor, ambos copartícip­es en esta prometedor­a experienci­a.

En Barcelona también cuentan con un Labrador de tres años que detecta cáncer de pulmón con precisión matemática. Se llama Black y trabaja mano a mano con los oncólogos del Hospital Clínico. Observar la facilidad con la que diagnostic­a es fascinante.

La Universida­d del País Vasco (UPV) está educando asimismo la nariz de varios perros para poner en marcha el proyecto Covid-K9, cuyo objetivo es identifica­r a las personas contagiada­s. Este proyecto sigue la estela de una iniciativa de la asociación británica Medical Detection Dogs, cuyo estudio preliminar apunta que estos animales pueden detectar el olor de la Covid-19 con una precisión superior al 94%.

Ladridos inusuales, golpes de pata u hocico y actitudes de rechazo son algunas de sus reacciones

El Hospital Marqués de Valdecilla cuenta con 15 canes para identifica­r tumores de pulmón y colon

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DREAMSTIME Un can cuenta con más de 220 millones de receptores olfativos en la nariz

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