Mínimo paso atrás socialista por el miedo electoral
► Es triste que Extremadura o Valencia solo rectifiquen –con rebajas cosméticas– ante el temor a una debacle en las urnas
Revilla no descarta bajadas en Cantabria «por la marea lamentable de a ver quién regala más»
Las rebajas fiscales de Madrid y las de 2015 y 2016 en el Estado permitieron recaudar más
«La«La bajada de impuestos pone en peligro la sanidad», nos decían. Lo triste de esa falsedad es que alguien se la crea. La sanidad no se pone en peligro por bajar impuestos porque mantener impuestos altos no solo no recauda más sino que frena el crecimiento y el empleo. La idea de que un servicio público solo puede mejorar si se gasta más solo se le ocurre a un burócrata. Pero la idea de que hay que subir impuestos porque también hay que financiar todos los gastos prescindibles solo se le ocurre a un burócrata extractivo.
La realidad es que las bajadas de impuestos expansivas recaudan más porque dejan respirar a familias y empresas. En la Comunidad de Madrid, la bajada de impuestos de 2007 favoreció un aumento del 6,6% de la recaudación. La reducción de 2014 favoreció un aumento del 1,5%, la de 2015 un 6,8%, y la de 2019 un 9,5% según datos oficiales. La Comunidad de Madrid ha mejorado la recaudación en periodos de pobre crecimiento y de dificultades gracias a esas bajadas de impuestos.
No solo ocurre en Madrid. Las bajadas de impuestos de 2015 y 2016 a nivel estatal se pagaron solas. Los agoreros decían que «reducirán la recaudación en términos absolutos». Pues bien, la recaudación no solo aumentó gracias a la mayor actividad económica, sino que lo hizo mejor, subieron las bases imponibles y, además, se redujo el déficit.
En 2017, un año después de la bajada del IRPF, los ingresos por este tributo subieron un 6,4%, permitiendo permitiendo que se intensificase el empleo, y por encima el PIB nominal. Menos IRPF también supone más ingresos por consumo. En 2015 y 2016, años en que se bajó el IRPF, la recaudación por IVA subió un 7,4% y un 4,2%. En 2017 subió un 1,3%. En 2015, 2016 y 2017, años de las bajadas del Impuesto de Sociedades, la recaudación creció un 10,3%, un 5% y un 6,8%, más que el PIB nominal (4% media). La base imponible agregada de los principales impuestos aumentó un 4,3% en 2016, casi dos puntos más que el año anterior y también por encima del PIB. Además, aumentó la contratación.
En el debate político se nos vende la idea de que bajar impuestos es vaciar la caja del Estado, cuando la realidad es que ya pagamos muchos impuestos. El esfuerzo fiscal en España es superior a la media europea y supera a países como Francia, Suecia, Finlandia, Bélgica, Países Bajos, Alemania y, sobre todo, Irlanda.
Los gobiernos de Valencia, Extremadura y Cantabria han rectificado su posición confiscatoria y extractiva ante la evidencia de que los resultados electorales pueden ser un desastre. Pero la rectificación es mínima. Revilla, en Cantabria, no descarta una rebaja de impuestos para que Cantabria no se quede «descolgada de la especie de marea lamentable de a ver quién regala más». Atención a la palabra. Considera que devolverle a los ciudadanos parte de lo que han contribuido es «regalar».
En Extremadura y Valencia las rebajas son cosméticas e insuficientes, solo orientadas a acallar un clamor de los contribuyentes, hartos de pagar cada vez más para mantener gobiernos despilfarradores. Pese a los titulares, sus rebajas mantendrán a ambas regiones con niveles de esfuerzo fiscal muy superiores a la media de las regiones y países más dinámicos.
Lo que es evidente es que el Gobierno no escucha a los ciudadanos y los barones de las comunidades autónomas han tenido que actuar ante una posible debacle electoral y rectificar sus políticas fiscales. Las familias de la clase media española soportan una subida de impuestos de hasta 800 euros de más al año por negarse a deflactar el IRPF. Mientras el Gobierno mantiene todos los excesos de gasto y duplicidades, las familias están penalizadas dos veces. Pagan más impuestos y sufren el hachazo de la inflación.
Lo triste es que las comunidades socialistas solo rectifiquen por miedo electoral o por «la marea», en vez de darse cuenta de que el expolio fiscal constante nos condena a seguir con paro elevadísimo, pobre crecimiento y baja productividad. Dice Patxi López que «la idea de que el dinero está mejor en el bolsillo de los contribuyentes es una falacia», pensando que el dinero está mejor en su bolsillo y el de los 22 ministerios y 800 asesores. Como la frase de Calvo de «el dinero público no es de nadie» es mentira. Es dinero del contribuyente, y sí, está mejor en las familias que lo gestionan mucho mejor. Los mensajes de que ellos aplican «progresismo fiscal y no populismo» disfrazan que han tenido que recular su postura numantina con los impuestos y que no les gusta mejorar la situación de los contribuyentes. Es triste, pero no aciertan ni cuando rectifican.