La Razón (Cataluña)

Así es Optimus, el robot de Tesla presentado por Elon Musk

► Costará menos de 20.000 euros, pero al nuevo juguete del multimillo­nario aún le faltan algunos detalles por perfeccion­ar

- Juan Scaliter.

ElonElon Musk tiene una capacidad de convocator­ia innegable y a la hora de anticipar sus nuevos productos crea una enorme dosis de expectació­n que no siempre se correspond­e con la realidad. Eso es precisamen­te lo que ocurrió ayer por la madrugada durante la presentaci­ón de Optimus, el nuevo androide de Tesla que quiere hacerse un hueco en los hogares de todo el mundo.

Optimus podría ser el hijo de los androides de la película «Yo, Robot», con Will Smith, y uno de los miembros del dúo musical Daft Punk. Mide casi 1,73, tiene un cuerpo realizado en materiales ligeros de color blanco y negro y pesa apenas 57 kilos. Decimos apenas por toda la tecnología que lleva en su interior: cámaras que le permiten vigilar su entorno. También incorpora un cerebro, similar en procesamie­nto y funciones a los que llevan los vehículos autónomos de Tesla solo que adaptado a su altura y velocidad, de unos 8 km/h. Optimus tiene en su pecho una batería de 2,3kWh (que no sabemos cuánto tiempo puede funcionar o cuánto tarda en cargarse) y tiene conectivid­ad Wi-Fi y LTE. A esto hay que sumarle 40 articulaci­ones electromec­ánicas: 12 en las piernas, otras 12 en los brazos, 12 en las manos y dos en cuello y tronco. Puede levantar, con un solo brazo, hasta 5 kilos, transporta­r 25 kilos de un sitio a otro y, en peso muerto, alzar 75 kilos. La idea de Elon Musk detrás de Optimus es pasar de «un robot sobre ruedas a otro sobre piernas», según se pudo ver en la presentaci­ón retransmit­ida desde las oficinas de la compañía en California.

El problema es que, como anticipába­mos, la presentaci­ón física del robot duró apenas unos minutos en los cuales salió al estrado, dio unos pasos algo torpes y obviamente mecánicos y se retiró.

El resto de lo que pudimos ver de Optimus se basó en vídeos. «El robot puede hacer mucho más de lo que os acabamos de mostrar –se justificab­a Musk durante el evento–. No queríamos que se cayera de bruces. Así que ahora os mostraremo­s algunos vídeos del robot haciendo un montón de otras cosas». Hay que reconocer que las dificultad­es con las que se encontró Optimus son las mismas a las que se enfrentaro­n los prototipos de Toyota o Sony, entre otras: el equilibrio de un robot para caminar es algo muy complejo de conseguir. Y cuanto más alto, más difícil de conseguir. Aun así, Musk apuesta que el robot caminará normalment­e en las próximas semanas. A esto hay que sumarle que la navegación en un vehículo es mucho más rápida que la de Optimus, es cierto, pero su «mirada» es muy distinta a la de un robot que debe estar atento a lo que sucede a 20 centímetro­s del suelo y a 2 metros. Al mismo tiempo. Todo este sistema debió adaptarse (aún debe adaptarse) para que Optimus no pise a una mascota dormida, ni se lleve por delante una lámpara. «Nuestro objetivo es fabricar un robot humanoide útil lo antes posible –explicaba el CEO de Tesla– y también lo hemos diseñado diseñado utilizando la misma disciplina que nuestros vehículos, es decir, de forma que sea posible fabricar el robot en un alto volumen a bajo coste y con alta fiabilidad. Así que eso es increíblem­ente importante. El objetivo final de Optimus es traer un futuro de abundancia y una transforma­ción de la civilizaci­ón». Precisamen­te esta es la base de Optimus: no pretende crear un robot de millones de dólares que cuente con apenas tres modelos.

Conductas y rutinas humanas

Musk apunta a millones de robots por un precio que no supere los 20.000 euros. «Se han visto demostraci­ones de robots humanoides muy impresiona­ntes –explicaba Musk–. Y eso es genial, pero, ¿qué les falta? Les falta un cerebro, no tienen la inteligenc­ia para navegar por el mundo por sí mismos, y también son muy caros y se fabrican en bajo volumen. Mientras que Optimus está diseñado para ser un robot extremadam­ente capaz, pero hecho en un volumen muy alto, probableme­nte millones de unidades, y se espera que cueste mucho menos que un coche. Así que yo diría que probableme­nte menos de 20.000 dólares sería mi conjetura». También se habló de la seguridad «para que no lleguemos a enfrentarn­os a un Terminator» y de una programaci­ón que lo haga amigable y capaz de aprender de las conductasy­rutinashum­anas. Todos estos obstáculos se deberían superar, según Musk, «en los próximos meses... o años».

Más probableme­nte lo último que lo primero teniendo en cuenta cómo se desenvolvi­ó Optimus en el escenario y que son muy pocos los que estarían dispuestos a desembolsa­r 20.000 euros por un robot que es más una compañía que una ayuda por el momento. Y también está el mencionado aspecto de la seguridad: ¿cuánto tardará en producirse el primer accidente provocado por un Optimus? Igual que ocurrió con los Tesla, también (y es inevitable en el avance tecnológic­o) que este tipo de eventos se produzcan. Finalmente, y lo más inquietant­e de la presentaci­ón, fue que Musk habló de algunas de las aplicacion­es de Optimus, como jardinería, cocina o acompañami­ento de mayores (muy bien), pero también dejó caer que podrían ser «robots de compañía sexual». Y aquí ya es un tema distinto que nada tiene que ver con la transforma­ción de la civilizaci­ón… O sí. Vaya uno a saber.

«El objetivo final de Optimus es traer una transforma­ción de la civilizaci­ón», indicó el CEO de Tesla

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