La farmacia de Madrid urge lanzar la nueva ley
► Todos los representantes de la profesión hacen un llamamiento urgente al diálogo ante el atasco del actual trámite parlamentario
La nueva ley de farmacia que ultima la Comunidad de Madrid se presenta como una norma muy esperada para la profesión, pero lo cierto es que se está haciendo de rogar más de lo esperado ante la incapacidad de los representantes políticos de alcanzar un acuerdo que permita dar luz verde a su aplicación.
Ante esa situación, los máximos representantes de los profesionales farmacéuticos en sus distintas vertientes de actividad profesional y empresarial, entre las que destacan, entre otros, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM) o la Asociación de Empresarios de Madrid (Adefarma), se han unido esta semana para alzar la voz al unísono. En concreto, a través de un comunicado conjunto, han hecho un llamamiento a los Grupos Parlamentarios y una urgente invitación al diálogo constructivo en torno al Proyecto de Ley de Ordenación y Atención Farmacéutica de la Comunidad de Madrid en su trámite parlamentario, una norma a la que muestran su «apoyo firme y claro para que sea ratificada definitivamente por el Pleno de la Asamblea de Madrid».
«El consenso profesional en torno a esta futura ley, que en algunas ocasiones se ha cuestionado, es mayoritario y creemos además que el sector a través de sus instituciones, asociaciones profesionales o individualmente, han tenido la oportunidad de realizar sus aportaciones para mejorar el texto inicial, siendo conscientes, por otra parte, de que existen puntos donde nos hubiera gustado avanzar o concretar más, pero en aquellos artículos que han sido muy debatidos y suponen mejora de la prestación estamos profundamente de acuerdo, como es el caso de la atención farmacéutica domiciliaa domiciliaa pacientes dependientes, evitando que este servicio profesional pueda convertirse en un delivery», reza el comunicado.
Según los profesionales farmacéuticos, el contenido de la Ley «responde en buena parte a necesidades expresadas por los ciudadanos y supone un refuerzo extraordinario del propio Sistema Nacional de Salud, tal y como se ha evidenciado durante la pandemia en nuestro país, cuando los farmacéuticos estuvieron ahí demostrando la vocación de servicio público. Los profesionales detectamos importantes vacíos legales que pueden representar inseguridad o interpretaciones diversas sobre el papel del farmacéutico farmacéutico con respecto a los servicios que vienen siendo demandados por la población. El Proyecto de Ley, y las correspondientes enmiendas consensuadas en las distintas comparecencias, es integrador, responde a necesidades reales e incorpora ventajas a los ciudadanos. Son los ellos los que demandan accesibiria lidad al medicamento, consejo y orientación profesional, máxima seguridad, calidad y garantía en la intervención de los profesionales a los colectivos más vulnerables. En este sentido, mejora las condiciones de acceso y de planificación de las farmacias; actualiza e incorpora nuevas funciones a desarrollar por los profesionales farmacéuticos; moderniza las actividades y funciones de los servicios y establecimientos farmacéuticos (primaria, farmacia hospitalaria y oficina de farmacia); permite unos horarios más flexibles, adaptados a las necesidades de los usuarios; reduce la burocracia y avanza en la calidad y seguridad del medicamento, en la cooperación institucional, en las estrategias de salud pública; garantiza y actualiza derechos y obligaciones tanto a los ciudadanos como a los profesionales; afianza la red de oficinas de farmacia y abre nuevas vías de comunicación aplicando las tecnologías de la información».
Ante el actual parón que sufre la futura ley en la Asamblea de Madrid, el sector farmacéutico coincide en demandar que el trámite de la norma «supere cualquier obstáculo partidista para sumarse al interés general y, en consecuencia, priorice la actividad parlamentaria con el fin de cumplir los plazos previstos para su aprobación definitiva dentro de esta legislatura, sin sufrir demoras que impidan este objetivo. La profesión farmacéutica precisa de un respaldo normativo constructivo y útil para los ciudadanos. Necesita un marco que brinde ya estabilidad, seguridad y certidumbre para desarrollar, de forma efectiva, la actividad que las normas confieren a los farmacéuticos en los distintos niveles, precisamente para reforzar la colaboración, coordinación y participación de sus profesionales en beneficio de los ciudadanos».