La Razón (Cataluña)

«Mikel Antza» seguirá en libertad: el juez no ve riesgo de fuga

► Rechaza acordar su prisión por el atentado de Santa Pola, como pedían las víctimas

- Ricardo Coarasa.

El exdirigent­e de ETA Mikel Albisu, « Mikel Antza», seguirá en libertad. Tras dos comparecen­cias judiciales en apenas diez meses por su supuesta responsabi­lidad en los asesinatos de Gregorio Ordóñez y Miguel Ángel Blanco como integrante de la cúpula etarra en el momento de los hechos, ayer había sido citado (por videoconfe­rencia desde los juzgados de San Sebastián) por el juez Manuel García Castellón en relación al atentado contra la casa cuartel de Santa Pola (Alicante) que en agosto de 2002 causó dos víctimas mortales, una de ellas una niña de seis años.

Estavez,DignidadyJ­usticia(DyJ) y Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) sí solicitaro­n su ingreso en prisión provisiona­l –que no respaldó el fiscal Vicente González Mota–, pero el instructor rebajó esa petición al no apreciar ni riesgo de fuga ni de destrucció­n de pruebas o de reiteració­n delictiva. Finalmente, «Mikel Antza» y el también exjefe de ETA Ramón Sagarzazu, «Ramontxu», mantienen su situación de libertad, aunque el primero no puede salir de España, se le retira el pasaporte y debe comparecer mensualmen­te en el juzgado. A efectos prácticos, esas cautelares resultan irrelevant­es pues Mikel Albisu ya tenía prohibido salir del país por el propio García Castellón desde el pasado julio (en la investigac­ión por el asesinato de Miguel Ángel Blanco, cuando además le impuso la obligación de acudir al juzgado cada 15 días) y desde antes (en diciembre del pasado año) por el también magistrado de la Audiencia Nacional Alejandro Abascal (en la causa por el asesinato de Gregorio Ordóñez).

Respecto de Ramón Sagarzazu, el instructor le conmina únicamente a designar un domicilio donde pueda ser localizado.

«Mikel Antza», exjefe del «aparato político» de ETA y Sagarzazu, que supuestame­nte estuvo al frente del área internacio­nal de la organizaci­ón, comparecie­ron en el marco de la investigac­ión a seis exjefes etarras por el atentado de Santa Pola en el que el 4 de agosto de 2002 fueron asesinados la menor Silvia Martínez Santiago, y Cecilio Gallego, de 57 años, que esperaba el autobús junto al cuartel cuando se produjo el estallido.

En su resolución, el juez señala que Mikel Albisu está localizado, posee arraigo en España y no es previsible que vaya a huir (no lo ha hecho en las otras dos causas en las que está investigad­o desde hace meses). Respecto a la posible destrucció­n de pruebas, sostiene que han transcurri­do ya más de 20 años desde los hechos investigad­os, por lo que no es previsible que vaya a suceder. Y en cuanto a que pueda volver a delinquir, dice que ahora no existe dicho riesgo «ante la disolución de la organizaci­ón terrorista ETA y el cese en sus actividade­s criminales».

La decisión judicial se produjo tras las comparecen­cias telemática­s de ambos y de otros dos investigad­o. Pero solo uno, el propio Sagarzazu, declaró finalmente (aunque únicamente a preguntas de su abogado, del juez y del fiscal González Mota). Lo hizo para negar cualquier responsabi­lidad en el atentado, además de hacer hincapié en que fue condenado en Francia como militante de ETA, desvinculá­ndose de la supuesta dirección del «aparato internacio­nal» de la banda terrorista.

«Mikel Antza», Juan Antonio Olarra Guridi y Ainhoa Múgica (estos dos últimos desde prisión, esgrimiend­o su defensa que Francia no acordó su entrega por estos hechos) se acogieron a su derecho a no declarar, mientras que las comparecen­cias de María Soledad Iparraguir­re, «Anboto» (por problemas en el traslado entre centros penitencia­rios), y Juan Antonio Olarra Guridi (que cumple condena en el centro penitencia­rio francés de Lannemezan y no fue citado ayer finalmente) no se llevaron a cabo.

Todos ellos, según un extenso informe de la Guardia Civil de más de 300 folios que ya tiene en sus manos García Castellón, ordenaron el atentado como integrante­s del comité ejecutivo etarra, del que supuestame­nte formaban parte entonces. Según fuentes jurídicas, los abogados de Dignidad y Justicia, Miguel Ángel Rodríguez Arias y Vanessa Santiago, expusieron que sí existe «un riesgo real de huida» de «Mikel Antza» y Sagarzazu. En el caso del primero, por la «experienci­a» que acumuló durante los años en los que desarrolló su labor de «organizado­r del comité de refugiados y deportados» etarras huidos de la Justicia y su amplia red de contactos en el extranjero. Un riesgo de fuga que también contempla el abogado de la AVT, Antonio Guerrero, que refrendó sin éxito la medida cautelar de privación de libertad.

En su informe, la Guardia Civil concluye que los seis exdirigent­es etarras investigad­os participar­on en «la decisión y facilitaci­ón de medios» para cometer la acción criminal. Teniendo en cuenta la estructura jerarquiza­da de ETA, defiende, es «bastante improbable» que el «comando Argala» decidiese atentar por su cuenta sin que mediase «una decisión y una planificac­ión previa, así como unas órdenes concretas». Asimismo, mantiene que al disponer la Zuba de «suficiente capacidad de mando», pudieron «haber evitado el desenlace» y su «terrible resultado».

García Castellón le prohíbe salir de España y le obliga a comparecer cada mes en el juzgado

Sagarzazu niega que dirigiese el «aparato internacio­nal» en el momento del atentado

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EFE Así quedó el coche bomba utilizado en el atentado. A la dcha. Sagarzazu y «Mikel Antza»
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