La empresa familiar esboza para 2023 su peor año en casi un decenio
► «El Gobierno señala a las empresas como el enemigo», afirma Feijóo en el XXV Congreso del IEF
Las empresas familiares españolas se dieron cita ayer en Cáceres con uno de los peores horizontes económicos desde 2014, según sus propias previsiones. De hecho, la inmensa mayoría de ellas no augura nada bueno para el próximo año, a tenor de una encuesta realizada por Sigma Dos entre los 500 directivos y gerentes asistentes al XXV Congreso de la Empresa Familiar que concluye hoy en la capital pacense. Para empezar, el 58% de ellos augura que el crecimiento de la economía española a corto y medio plazo será frágil sin creación neta de empleo, un porcentaje superior al del pasado año. Otro 40% de los empresarios familiares familiares vaticina un moderado aumento de la actividad con una limitada creación neta de empleo, mientras que solo un 2% de ellos prevé un aumento rápido de la actividad económica con una intensa creación neta de puestos de trabajo.
La caída de la actividad económica se traduce en que solo el 35% de ellos se plantea contratar, mientras que el 56% espera mantener el nivel de empleo actual y un 9% apunta a una reducción del número de empleados.
Este pesimismo entre el tejido de la empresa familiar, que representa el 70% del empleo y el 60% del PIB de España, se debe a que valoran peor la situación económica actual que hace un año, con una media del 4,59 sobre 9 puntos, alrededor de tres décimas menos que en el anterior sondeo (4,91 puntos), uno de los peores registros de los últimos años.
Pese a todo, el 48% considera que logrará un aumento de la cifra de ventas el próximo ejercicio, un 39% entiende que serán similares a las de este año y un 13% cree que habrá una reducción.
La relevancia del sondeo proviene de que la empresa familiar es una de las principales cabezas tractoras de la economía, como se encargó de recordar ayer el presidente del Instituto de la Empresa Familiar, Andrés Sendagorta, en el acto de apertura del congreso: «Solo las 100 empresas familiares agrupadas en el IEF emplean en el mundo a un millón cien mil personas; facturan 172.000 millones de euros, generando un valor añadido bruto de 43.500 millones de euros. Estas cien empresas pagan más de 3.000 millones de euros en el Impuesto de Sociedades y unos 5.200 millones en contribuciones sociales. Imaginaos si a esas cien empresas les sumamos los datos de las algo más de 1.500 que se integran en nuestras 18 asociaciones territoriales», remarcó.
La jornada inaugural contó con la presencia de Su Majestad el Rey quien quiso ensalzar la labor de creación de riqueza de los empresarios familiares en un «entorno más cercano», lo que permite mantener «un ecosistema de proximidad con un impacto positivo para todos cuantos participan», en referencia a los empleados, proveedores y clientes.
Por su parte, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, reprochó al Gobierno la subida encubierta de impuestos que «manda un mensaje muy antiguo, sobre ricos y pobres, y se señala a las empresas como el enemigo». «Lo que ha hecho el Gobierno este fin de semana, eso que ha llamado reforma fiscal, es un incremento de impuestos de 3.000 millones de euros. No se le baja a nadie los impuestos en 2022 cuando deberíamos de haber actualizado las tarifas de la Renta para dejar 5.000 millones en las familias con rentas inferiores a los 40.000 euros. Eso es lo que se llama política fiscal sensible», manifestó Feijóo.