Don Juan en la nevera
«EL BURLADOR DE SEVILLA» ★★★★★
Autor: atribuida a Tirso de Molina (versión de Albertí). Director: Xavier Albertí. Intérpretes: Mikel Arostegui Tolivar, Rafa Castejón, Cristina Arias, Lara Grube, Arturo Querejeta.... Teatro de la Comedia, Madrid. Hasta el 13 de noviembre.
Después de leer el dosier de Prensa de «El burlador de Sevilla» y tras haber visto luego la función, uno agradece que la extraña y enrevesada justificación de orden político y social que Xavier Albertí sostiene con respecto a la conducta de Don Juan no se aprecie por ninguna parte a lo largo de la representación. Lo que sí se ve, y se valora muchísimo, es una lectura del personaje más psicológica y afín a la verdadera sensibilidad de un Romanticismo que pocas veces es bien entendido, que lo aparta de la simplificada bravuconería con la que tradicionalmente se suele abordar el mito en los escenarios de nuestro país. Bien es verdad que no es este un caso aislado y que, en los últimos años, ya conocimos, por fortuna, a algunos otros donjuanes tan complejos y atormentados como este. Aquí apenas necesita el espectador un par de escenas para darse cuenta de que no está ante un «playboy» de pacotilla, sino ante un infeliz, resentido con el destino, que quiere desafiarlo todo, destruirlo todo, para explorar los propios límites de su libertad. Sabe que Dios es el último bastión que deberá derribar en su camino y sabe, por tanto, que no puede haber salvación para él. «Dame la muerte y mis desdichas tendrán fin en tus manos», suplica a don
Pedro nada más cometer la primera fechoría que recrea el drama. Y esa inteligente lectura se traslada al trabajo actoral: enseguida comprueba uno que Mikel Arostegui ha asumido en la composición de su personaje toda esa angustia que arrastra. Lo malo es que también aprecia uno enseguida que la cosa, por más que lo intenten los actores, no puede funcionar: toda la acción dramática está congelada, víctima de un hieratismo en el lenguaje físico, requetemarcado desde la dirección, que no hay quien entienda. Ni el mencionado Arostegui ni nadie, en un elenco en el que hay grandes intérpretes como Arturo Querejeta, Isabel Rodes, Rafa Castejón o Lara Grube, puede hacer nada absolutamente, tan atados como están en el escenario, para acompañar al espectador quizá emocionalmente por los vericuetos de la historia que están protagonizando.