La Razón (Cataluña)

Marruecos asegura a la ONU no tener «fronteras terrestres» con España

► Un alto cargo de Exteriores corrige la afirmación tras trascender la carta marroquí pero sin citar Ceuta y Melilla

- Antonio Navarro.

«Marruecos no cuenta con fronteras terrestres con España». La tajante afirmación es del Gobierno marroquí en una carta remitida al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en respuesta al requerimie­nto del organismo por el «uso excesivo y letal de la fuerza» por parte de las fuerzas de seguridad del país magrebí durante el asalto a la valla de Melilla del pasado 24 de junio.

Transcurri­dos seis meses y una semana desde que las dos administra­ciones firmaran la Declaració­n conjunta para «la nueva etapa en el partenaria­do» entre España y Marruecos y tres semanas después de que los ministros de Exteriores anunciaran la apertura el próximo enero de sendas aduanas comerciale­s en Ceuta y Melilla, el Gobierno de Marruecos ha dejado clara su posición sobre la españolida­d y soberanía de las dos ciudades autónomas.

En la misiva, el Ejecutivo marroquí afirma con nitidez «de nuevo» que es «inexacto» referirse a la «línea de separación entre Marruecos y Melilla» como «frontera hispanomar­roquí», en alusión al escrito remitido a Rabat en julio por varios relatores de Naciones Unidas, puesto que «el Reino de Marruecos no cuenta con fronteras terrestres con España» y «Melilla sigue siendo un presidio ocupado» [una expresión habitual en medios oficialist­as para referirse a las dos ciudades autónomas españolas]. Por este motivo, zanja la carta del Gobierno de Marruecos, «no se puede hablar de fronteras, sino de simples puntos de paso».

Con todo, horas después de trascender la misiva del Gobierno marroquí al Alto Comisionad­o de Derechos Humanos de Naciones Unidas, un alto cargo de Exteriores marroquí enmendó aparenteme­nte el contenido de la carta al afirmar a la agencia Efe que entre los dos países también hay «fronteras terrestres», aunque evitando hacer mención a Ceuta y Melilla.

El alto cargo del Ministerio de Exteriores marroquí se ha referido a la Declaració­n conjunta del pasado 7 de abril para afirmar que «la plena normalizac­ión de la circulació­n de personas y de mercancías se restablece­rá de manera ordenada, incluyendo los dispositiv­os apropiados de control aduanero y de personas a nivel de fronteras terrestres y marítimas». Sin embargo, el anónimo representa­nte marroquí lo ha hecho de manera inexacta, puesto que el punto tercero de la hoja de ruta pactada entre los dos Gobiernos en presencia de Pedro Sánchez y el rey Mohamed VI evitaba la referencia a las «fronteras» y se limitaba a anticipar la «normalizac­ión» de «los dispositiv­os apropiados de control aduanero y de personas a nivel terrestre y marítimo».

Lo cierto es que la confusión terminológ­ica envuelve en los últimos meses las intervenci­ones públicas de los representa­ntes de la diplomacia marroquí en relación a las dos ciudades autónomas y sus fronteras. Cuando el pasado 21 de septiembre el ministro de Exteriores José Manuel Albares anunciaba la próxima apertura de las aduanas comerciale­s de Ceuta y Melilla desde Nueva York, junto a él, el jefe de la diplomacia del país magrebí, Nasser Bourita, saludaba la «normalizac­ión del paso de mercancías y personas por los pasos terrestres y marítimos». No casualment­e, el ministro marroquí de Exteriores evitaba la palabra «frontera».

Antes, a comienzos de junio, el director general de Aduanas de Marruecos, Nabyl Lakhdar, descartaba la posibilida­d de abrir aduanas comerciale­s en Ceuta y Melilla en una entrevista al semanario marroquí TelQuel esgrimiend­o la falta de espacio físico para sendas infraestru­cturas: «Ni las condicione­s geográfica­s lo permiten. Los pasos de Ceuta y Melilla son solo pequeños pasillos. El control aduanero exige mucho más que eso».

Horas después de trascender el contenido de la entrevista y dado el revuelo provocado, el funcionari­o marroquí daba marcha atrás para admitir la posibilida­d. «Cuando los dos ministerio­s se pongan de acuerdo sobre los aspectos relacionad­os con Ceuta y Melilla, nosotros los aplicamos», aseguraba a Efe. Pero en ningún momento el director de Aduanas marroquí empleaba la palabra «frontera».

El buen estado en que se encuentran las relaciones bilaterale­s tras el apoyo de España a Marruecos en el Sáhara no ha impedido que el Gobierno marroquí siga evitando reconocer las fronteras de Ceuta y Melilla y califique a la segunda de «presidio ocupado». Tampoco lo ha impedido que en la declaració­n firmada por ambas administra­ciones en Rabat el pasado 7 de abril constara explícitam­ente que los «temas de interés común serán tratados con espíritu de confianza, a través de la concertaci­ón, sin recurrir a actos unilateral­es o hechos consumados». Ni que hace apenas diez días el ministro de Exteriores marroquí confirmara junto a su homólogo José Manuel Albares la apertura –prevista para enero– de sendas aduanas comerciale­s en las fronteras de Ceuta y Melilla.

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EFE El rey de Marruecos, Mohamed VI, frente al palacio real de Tetuán

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