«Cerdita»: el renacimiento del terror cañí según Carlota Pereda
Flamante Méliès de Oro en Sitges, este «slasher» a la extremeña se estrena tras conquistar la escena mundial del género
No ha acabado de colgar el teléfono tras su entrevistaconLA RAZÓN cuando salta la noticia: «Cerdita», de Carlota Pereda, se alzó esta semana con el Méliès de Oro a la mejor película en el Festival de Sitges, profetizando en su propia tierra un idilio con la escena del terror en todo el mundo que arrancó en el último Sundance. « Es un honor, porque llevaba toda la vida queriendo ir a Sitges. Ver que la gente la aplaudía al final del pase y, sobre todo, que había entendido la película, convirtió la del pase oficial en una de las noches más inolvidables de mi vida», explica la directora que, cuatro años después de ganar el Goya con el cortometraje homónimo, se lanza ahora al largo de la mano de la misma protagonista, Laura Galán, y un elenco de secundarios de lujo entre los que desfilan Carmen Machi, Pilar Castro y Claudia Salas («Élite»).
Roles y género
Definida por la propia Pereda como una película que bebe de «Revenge», de Coraline Fargeat por su manierismo sangriento, «Trouble Every Day», de Claire Denis, «por la manera de fotografiar los cuerpos y el deseo», y hasta de «El desconocido del lago», de Alain Guiraudie, «por la pulsión sexual de la muerte», «Cerdita» es la historia de Sara, hija de los carniceros del pueblo y adolescente deprimida por el «bullying» constante a la que la someten sus compañeros de clase por su sobrepeso. Acosada y al límite, será testigo de algo que no debería haber visto, lo que desatará una intensa ola de crímenes al calor de la estepa extremeña.
«No sé hasta qué punto queda claro en la película, pero hay mucha documentación. Acudí a manuales para entender cómo funciona el cerebro de un psicópata. Hasta dónde llegamos por culpa de la ansiedad. Y me reuní con muchos especialistas en ‘‘bullying’’. Hasta acudí a las clases de un máster en criminología», añade orgullosa del resultado una Pereda que, tristemente, es una rara avis en el género patrio, casi siempre masculino: «En el terror siempre necesitas dinero. Dos mujeres hablando en su casa son más baratas que llenarlas de sangre y ponerlas a correr. Se me ocurre mencionar a Josefina Molina o Denise Castro, aunque no hay mucho más en lo que mirarse. Pero es que luego viajas al mundo del cortometraje y hay cientos de nombres», completa antes de irse a rodar «La ermita» con Belén Rueda y rematar: «Si eres director hombre y triunfas con un corto, se te abren caminos que a las mujeres todavía no».