Lunin encuentra su premio
Trabajador incansable a la sombra de Courtois, el portero ucraniano por fin va a jugar un gran partido
Lo confirmó Carlo Ancelotti, Courtois no puede jugar: «Está bastante bien, se encuentra bien, pero ha entrenado muy poco y no se encuentra cómodo. Para el partido del Barcelona está descartado. La próxima semana entrenará con más continuidad y veremos si está para el miércoles o el domingo, lo importante es que ha salido de su problema y ahora le falta entrenamiento», aseguró el entrenador italiano en la conferencia de prensa previa al choque contra el Barcelona. Así que le toca el turno a Lunin, el portero ucraniano, casi invisible y al que le ha llegado su gran momento. Va a jugar su quinto partido consecutivo en el Real Madrid y va a romper su récord de encuentros en una temporada. El curso pasado jugó cuatro: dos de la Copa del Rey y dos cuando el Real Madrid ya había ganado LaLiga y Ancelotti hizo rotaciones hasta la final de la Champions. Así, estuvo en el Metropolitano y detuvo un penalti en Cádiz. Pero nunca había estado en choques tan importantes como los que suma este mes. Ha debutado en Champions y va a jugar contra el Barcelona. A sus 23 años es el ejemplo perfecto de que la paciencia tiene premio.
Tímido, callado, trabajador y perfeccionista, Ancelotti reconocía que ni para él ha sido fácil acercarse a Lunin en estos meses tan difíciles para todos los deportistas ucranianos. «Es bastante tímido, no habla demasiado. Lo único que podemos hacer es ser solidarios con él. Si necesita algo, estamos ahí para ayudarle», decía el entrenador de su jugador estos días. Desde Madrid, el portero ha intentado ayudar dentro de sus posibilidades y, a la vez, no perder el foco de los entrenamientos por si llegaba el momento de sustituir a Courtois. Algo que para todos, menos para él, parecía lejano. Otro en su lugar se hubiese dejado llevar porque es imposible hacer sombra al guardameta belga, junto a Benzema, uno de los principales responsables de los éxitos del Real Madrid el pasado curso. Pero Lunin ha sorprendido a todos en Valdebebas porque no ha dejado de entrenar con el mismo espíritu que con el que llegó, buscando estar perfecto cuando le llegue el improbable momento de ser el portero titular del Real Madrid por delante de Courtois. Pues hasta lo improbable puede suceder.
Cedido en el Leganés, en el Valladolid y en el Oviedo, solo en este último tuvo minutos. Pero en los tres equipos dejó la misma imagen: un deportista que no se despista ni un segundo. Entrenaba hasta cuando no se podía, saltándose las vallas los días libres y los compañeros le recuerdan saltando una hora a la comba antes de empezar los entrenamientos de verdad.
Solo contra el Getafe consiguió mantener la portería a cero y hoy le viene de frente Lewandowski, el mejor delantero de LaLiga. No hay mayor examen para un portero. Era justo lo que buscaba.