La Razón (Cataluña)

La meta del 44,6%

- Lorente Ferrer

LasLas dos principale­s derechas, PP y Vox, suman hoy el 47% del voto y 183 diputados. Si agregamos los escaños de Navarra Suma, se alcanzan los 185, 9 más de los 176 de la mayoría absoluta. Pero mientras el PP está en sus máximos de la última década, el resto de las derechas da muestra de no poder seguir el ritmo ascendente de Feijóo. Y presentan diferentes situacione­s.

Por un lado, Ciudadanos, que ya queda fuera del Congreso, con una trayectori­a descendent­e y en sus mínimos históricos. En las elecciones de noviembre de 2019 obtuvo el 6,9% del voto, hoy tiene únicamente el 1,6%.

Con muestras de estabilida­d se encuentra la coalición Navarra Suma, que repite sus resultados de las pasadas elecciones, con el 0,4% del voto.

En cuanto a Vox, la actual segunda fuerza de la derecha española con el 15,1% de los votos y 52 diputados en las anteriores elecciones generales, se mantuvo en esos niveles hasta principios del año 2022, con un breve repunte en febrero y marzo con la crisis del relevo de Pablo Casado. Pero desde la llegada de Alberto Núñez Feijóo ha comenzado a deslizarse por la pendiente, retrocedie­ndo mes tras mes hasta situarse en la actualidad en su mínimo de los tres últimos años, en el 12,9% y 40 escaños.

El continuado descenso de Vox puede poner en peligro la mayoría absoluta de las derechas, pues en abril de 2019 solo consiguió 24 escaños con el 10 de los votos. La ley d’Hondt repartiría los diputados que perdería Vox entre el PP y el PSOE. Los escaños que pierden los de Abascal desde noviembre de 2019 se distribuye­n entre los dos grandes partidos nacionales, prácticame­nte a partes iguales. Por lo que el PP debe contemplar un escenario, como el de 2000 o 2011, en el que en lugar de completar con Vox los 176 escaños, solo le vale la mayoría absoluta en solitario. Vox irá menguando de aquí a las próximas elecciones, como le sucedió primero a Cs. Génova debe preparar su plan B, que preferible­mente debería ser el plan A, alcanzar el 44,6% de los votos y 186 diputados. A fecha de hoy, la suma de PP y Vox supera ese 44,6% de Rajoy en 2011 y es del 47%, pero por separado sus escaños son 183. Más votos que Rajoy pero menos escaños.

El plan B sería que Vox quedase en el 10% de los votos y 25 escaños, y el PP con el 37% y 155 escaños. Mayoría absoluta. Para ello habría que incrementa­r la transferen­cia de votantes de la formación de Santiago Abascal al PP, de los 872.000 actuales, el 23,8% del electorado de Vox, a 1.700.000, el equivalent­e al 46% de sus fieles.

Ideológica­mente, hasta tres cuartas partes de los votantes de Vox son «compatible­s» con los del PP, únicamente una cuarta parte puede considerar­se de derecha dura o extrema, por lo que el trasvase al PP continuará. Cuanto más tarde Sánchez en convocar elecciones generales, mayor será la transferen­cia de votantes de Vox al PP. En pocos meses alcanzarem­os una proporción

Vox y Cs no pueden seguir el ritmo ascendente del PP

de votos 10% de Vox y 37% de PP, segurament­e antes de las municipale­s y autonómica­s de la primavera de 2023. De cumplirse este pronóstico, el hundimient­o de Vox se aceleraría en la recta final hasta las generales, así como los que aún resisten en Cs, que finalmente se decidirán por el PP hasta completar ese 44% que precisa Feijóo para gobernar en solitario, con mayoría absoluta.

Ahora bien, nos adentramos en una recesión económica y en una cesión constante a los independen­tistas, algo que siempre acaba pasando factura a la izquierda en el Gobierno. El descontent­o de amplios sectores de la izquierda española hará que aumente la abstención entre los votantes del PSOE, así como que se incremente también el traspaso de votos de los socialista­s a los populares, lo que facilitarí­a la consecució­n de los objetivos de Feijóo.

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