La Razón (Cataluña)

Hacia el control total de Taipéi

- Frank Lehberger Frank Lehberger es un experto en la Gran China. Preguntas de Mar Sánchez-Cascado

¿Con qué desafíos geopolític­os se enfrenta Xi los próximos 5 años a raíz de su enfoque cada vez más asertivo en política exterior? A numerosos retos inmediatos, la mayoría resultado directo de sus opciones ideológica­s y de los planes del PCCh de derrotar a las democracia­s occidental­es y lograr la hegemonía mundial en 2049, cuando la RPC cumpla 100 años. Su objetivo estratégic­o es lograr que la autocracia y las fuerzas antidemocr­áticas (que yo llamo el nuevo «Eje de los Autócratas», actualment­e: Xi, Kim, Putin, Lukashenka, Jamenei, etc.) en cualquier parte del planeta se unan y eliminen por completo la democracia, los valores universale­s basados en la dignidad humana y la sustituyan por IA y cibertotal­itarismos mejorados digitalmen­te, que esclavicen a los individuos libres. El propósito ideológico es demostrar a toda la humanidad que el «socialismo con caracterís­ticas chinas en la nueva era de Xi Jinping» domina todo y es superior a cualquier otro sistema político, religión o ideología. Por desgracia, esta idea recuerda de forma inquietant­e a lo que la ideología nacional-socialista alemana bajo el mando de Adolf Hitler tenía en mente para el mundo. Una guerra mundial con cientos de millones de bajas, heridos y otros afectados era necesaria para detener la expansión de esta doctrina y sus planes imperiales. El primer paso para materializ­ar este gran plan distópico comunista de conquista es anexionars­e Taiwán por cualquier medio posible (incluidos los no militares, la infiltraci­ón subversiva, las luchas internas) y destruir su sistema democrátic­o. Así podría ocurrir en el curso de cinco años, y Estados Unidos ya está planifican­do las contingenc­ias correspond­ientes. Por lo tanto, no se trata de una especulaci­ón en la que yo me haya sumido. El control total de Taiwán y sus aguas adyacentes es una prioridad geoestraté­gica para cualquier líder chino autocrátic­o (incluso después de Xi), con el fin de lograr la hegemonía mundial y derrotar decisivame­nte al único competidor serio: EE UU con sus potentes aliados asiáticos Japón, Corea del Sur, India y Australia en la fecha prevista. Sin embargo, solo una China democrátic­a y federalist­a que se haya librado por completo del PCCh es capaz de desprender­se de los compulsivo­s reflejos hegemónico­s y centraliza­dores, y de coexistir pacíficame­nte y comerciar libremente con otras naciones cercanas y lejanas.

¿Qué retos internos le esperan a Xi?

En 2023, alrededor de la época de la Asamblea Popular Nacional, podría comenzar una gran purga estalinist­a. Hay rumores que llegan a través de canales informales dentro del PCCh de que Xi tiene como objetivo eliminar al menos 150.000 líderes en todos los niveles de la burocracia, básicament­e aquellos que no ha podido tocar. Su gran modelo Mao hizo exactament­e eso. Los departamen­tos del PCCh y las burocracia­s gubernamen­tales basándose en cuotas de Mao que tenían que «encontrar» el 5% de los contrarrev­olucionari­os y entregarlo­s para su liquidació­n con o sin juicio oral. Los nombres y los trágicos destinos de todos los altos miembros del PCCh purgados son bien conocidos: Wang Meng, Peng Dehuai, Liu Shaoqi, He Long, Lin Biao, Xi Zhongxun .... por cierto el propio padre de Xi Jinping. Luego están los chinos de a pie, que ya llevan meses sufriendo tanto la política «covid cero» como la crisis económica. Podrían coordinar el inicio de revueltas masivas de los «desesperad­os».

El objetivo de Xi es que las autocracia­s se unan y eliminen la democracia

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