Europa recupera las mascarillas ante el fuerte repunte de los contagios
► Alemania y Austria dan la voz de alarma ante la nueva ola de la pandemia y valoran imponer otra vez medidas preventivas
nía un efecto tangible y visible sobre la salud de las personas, se supone que era algo que tenías que hacer por el «bien común».
Por otro lado, cita la desconfianza que genera una aplicación que controla datos de salud –que son muy sensibles y exigen un nivel de privacidad elevado–. «La gente no va diciendo por ahí que tiene un glaucoma o un cáncer, así que no se fiaba tampoco en poner en una aplicación que tenía covid», apunta el experto.
Una desconfianza que iba más allá de la utilización que pudiera hacer el Estado de estos datos, y se centraba sobre todo en el que pudieran hacer las compañías tecnológicas y los hackers. «Un ejemplo claro es la desconfianza que genera el uso de los dispositivos de pago electrónicos, porque se sabe que son un escenario de ciberdelitos. De hecho, estadísticamente, es más fácil que te roben por internet a que te roben por la calle».
En tercer lugar, Ubierto destaca el problema de la delación. «A nadie le agrada ir por ahí delatando a los contagiados. Esto se ha visto de un modo muy claro en países con trasfondo católico, donde la delación está éticamente mal vista. No así en Asia, por ejemplo, donde se ha ido más allá de lo que en Occidente consideramos como derechos de privacidad en todo lo relacionado con la pandemia y su control».
Por último, el psicólogo señala que, pese a que el Gobierno exponía en su argumentario sobre Radar COVID que «la aplicación cumplirá con dos premisas básicas (…): será totalmente accesible para todos, también para las personas con cualquier tipo de discapacidad, y será de código abierto para que esté a disposición de quien quiera utilizarla», «estas aplicaciones requieren una mínima proactividad (instalarte la app, y actualizarla). A veces sobrevaloramos las capacidades de interconectividad de la gente, porque hay un porcentaje no desdeñable de población que no es capaz de hacerlo y no tiene acceso a ello».
De hecho, desde distintos ámbitos se ha señalado que el problema principal de la aplicación ha radicado siempre en lo complicado que era registrar el código que nos marcaba como positivos. O bien era complicado obtener este código por parte de las entidades sanitarias o directamente ocurría algún error al hacerlo. Luego había mucha gente que olvidaba registrarlo. Así, tan solo ocho de cada 100 códigos positivos se acababan introduciendo dentro de esta herramienta digital.
La Asociación germana de Hospitales (DKG) advirtió el jueves de que las clínicas están sobrecargadas en toda Alemania debido al creciente número de nuevas infecciones por covid, y aludió a la escasez de personal. Una alerta que, por el momento, no parece asustar a una sociedad que, a tenor de la cotidianeidad, parece haberse olvidado de los estragos que supuso en otro momento la pandemia.
En Berlín, la mascarilla se ha reducido significativamente en entornos como el transporte público, a pesar de que su uso sigue siendo obligatorio. Mientras tanto, el número de pacientes de cuidados intensivos está aumentando en todo el país.
Semáforo naranja
La situación en Austria es similar. La denominada «Comisión Corona», compuesta por representantes de los Ministerios, los Estados Federales y expertos en salud pública, se pronunció el jueves a favor de una evaluación de riesgo constante del desarrollo epidemiológico, lo que significa que el semáforo permanece en naranja. Austria ya fue clasificada como de «alto riesgo» la semana pasada y Viena se mantiene con un riesgo «muy alto», mientras se da por hecho que todavía no se haya alcanzado el pico máximo.
No obstante, la esfera política se mantiene en «modo de observación», a pesar de que el ministro austríaco de Salud, Johannes Rauch, advirtió recientemente de que «tenemos que convencer a la gente para que vuelva al uso cotidiano de las mascarillas»
Todo apunta a que la situación irá a peor cuando llegue el frío. El sindicato alemán de médicos alertó a los estados federales para que actúen con rapidez. «En los Länder donde se dispare la incidencia hay que reaccionar de inmediato imponiendo el uso de la mascarilla FFP2 en el transporte urbano, así como en las áreas interiores de acceso público», aseguró.
No fue la única advertencia. El epidemiólogo Hajo Zeeb también cree que pronto serán inevitables medidas de protección más fuertes. «En unas semanas, necesitaremos la recomendación o la obligación de usar mascarillas nuevamente», aseguró en una comparecencia a la prensa. «Además, deberemos recurrir a nuevas reglas que impongan un mayor distanciamiento en grandes eventos, así como una mayor disposición a vacunarse».
Hasta ahora, y según datos del Instituto Robert Koch (RKI), el número de infecciones conocidas aumentó en 145.213 casos, hasta los 34,4 millones, en cómputos totales. Esto son 12.719 casos más que los reportados el jueves de la semana pasada.
Asimismo, el RKI registró 176 muertes más relacionadas con el coronavirus, lo que aumenta el total de decesos conocido por este virus en Alemania hasta los 151.095.
En Austria, según los datos emitidos el jueves por la AGES –la agencia que monitorea los indicadores covid–, la incidencia de la última semana subió por encima de los mil puntos y se informó de 14.247 nuevos casos en las últimas 24 horas. Hasta ahora, 20.895 personas han fallecido víctimas de este virus en el país y en la actualidad hay 2.425 personas ingresadas con corona en hospitales austriacos, de las que 125 se encuentran en la unidad de cuidados intensivos.
Unas cifras que han llevado a la «Comisión Corona» a recomendar un mayor uso de las vacunas, así como hacerse el test ante el mínimo síntoma.
Además, se recomienda usar una mascarilla FFP2 en el transporte público, en áreas interiores muy frecuentadas o cuando se esté en contacto con personas vulnerables, así como ventilar regularmente, mantener la distancia de seguridad o tomar medidas de higiene como la limpieza frecuente de manos.
El sindicato alemán de médicos ha reclamado a los estados que actúen con rapidez