La «hostilidad» del Gobierno hunde la productividad un 8%
► Las pymes claman por la alta presión fiscal, la burocracia y la subida de las cotizaciones
«El entorno en el que se mueve la empresa española es no proempresa y, a veces, incluso es un ambiente hostil». Con esta contundencia, el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, cargó ayer contra el acoso al que se están viendo sometidos los empresarios por parte del Gobierno de coalición, PSOE-Podemos, tanto por el incremento de la fiscalidad como de las cotizaciones, además de por la mala imagen que se quiere dar del sector empresarial. «No podemos seguir incrementando esa presión fiscal que redunda en esa falta de competitividad que lastra la productividad». Cuerva, que inauguró la jornada «El problema de la productividad en la empresa española», elevó el tono contra los «obstáculos» que desde el Ejecutivo se están poniendo al emprendimiento por culpa del «incremento incesante de la burocracia» al que se enfrentan las empresas y que «lastra su productividad», señalando como ejemplo las «necesidades de registros de sostenibilidad, planes de igualdad o registros de horarios». Solo en 2021 se generaron 851 nuevas normas burocráticas, un 7% más que el año anterior, lo que supone «más de un millón de páginas del BOE», a lo que hay que sumar las disposiciones de las comunidades autónomas y entidades locales.
El presidente de la patronal de las pymes señaló que la productividad sigue siendo la «gran olvidada» del Gobierno, apuntando que ha descendido un 7,6% en España desde 2018, tres puntos por encima de la caída en la Unión Europea, en el 4,6%, con un nivel productivo similar al de países como Malta, Chipre, República Checa o Eslovaquia. Las razones que han provocado esta mala situación de las empresas las achaca Cepyme al exceso de presión fiscal, el aumento de la burocracia, el absentismo laboral y la subida de las cotizaciones fiscales, que provocan «falta de inversión» y un «incremento de costes» del 24%, mientras que las ventas «no van acompañadas en la misma proporción».
La consecuencia de elevar los costes, la presión fiscal y la burocracia es «un recorte de los márgenes empresariales y una pérdida de la rentabilidad», que ha caído una cuarta parte desde 2019. «Y encima desde el Gobierno se está censurando públicamente la generación de beneficios», denunció Cuerva.