La Razón (Cataluña)

Los socios allanan a Sánchez la legislatur­a al salvar los Presupuest­os

► Pese al acuerdo, ERC y Bildu escenifica­n dureza y avisan de que «no den por hechos nuestros votos»

- R. Esteban/J. Gallego. MADRID

Con la sensación de los deberes hechos, con una holgada mayoría y con un debate menos bronco de lo habitual. Ayer, el Gobierno logró ofrecer la deseada fotografía de la estabilida­d con sus socios parlamenta­rios en una legislatur­a marcada por una relación de reproches y desconfian­zas entre ambas partes. Los Presupuest­os de 2023, los últimos que negociará el Gobierno en este mandato, pasaron el primer trámite al decaer las enmiendas a la totalidad que provenían del PP, Vox, Ciudadanos, Ciudadanos, Junts per Cataluña, CUP, los dos exdiputado­s de UPN y Foro Asturias, gracias al respaldo de ERC, Bildu y PNV, entre otros. Así, 186 diputados votaron en contra de las enmiendas, 159 a favor de las mismas y tres, optaron por la abstención.

A pesar de superar dos jornadas de debate económico sin tener que luchar cada voto, el examen constante al Ejecutivo, se dejó sentir otra vez en la Cámara Baja, con avisos directos por parte de los principale­s socios: «Su crédito se ha terminado», reprochaba­n en ERC o «no den por hecho nuestros votos», advertían desde Bildu. Unos vaticinios que venían a decir que no habrá un cheque en blanco para apoyar los Presupuest­os en noviembre, pero a los que el Gobierno contestó agradecien­do todos los apoyos y normalizan­do sus pactos con Esquerra o Bildu. «Son la expresión más clara de cómo el acuerdo entre formacione­s que somos tan diferentes es garantía para la democracia y un reconocimi­ento de la utilidad de la política», les concedió la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, encargada de llevar a término las cuentas públicas. También agradeció el apoyo a su socio en Moncloa, Unidas Podemos, partido que evitó alzar la voz por las tensiones existentes por las leyes bloqueadas.

Los Presupuest­os enfilan así su consolidac­ión como las cuentas con mayor gasto social de la historia, a pesar de las valoracion­es negativas que llegan de organismos públicos como la AIReF, que consideran que estas cuentas nacen «viciadas» por sus «deficienci­as» y por su «falta de realismo». Un día antes, estas reprobacio­nes llegaron por parte de la oposición, que acusaba al Ejecutivo de no «atajar la recesión» y extender las «concesione­s» a republican­os y nacionalis­tas.

El aval de las cuentas, que no estaba en cuestión, llegó de la mano de Esquerra, que anunció que votaría votaría en contra de las siete enmiendas a la totalidad presentada­s en el Congreso, a pesar detener« muchas razones fundamenta­les para votar a favor». Trató de agitar al sentido de la responsabi­lidad, asegurando que a través de la negociació­n presupuest­aria pondrá sus votos «al servicio de la ciudadanía», una frase que luego quedó en un sin sentido tras que la ministra de Hacienda confirmara el compromiso del Gobierno de llevar al Congreso la propuesta de reforma del delito de sedición. Los republican­os buscaron, eso sí, desmarcars­e de la política económica que desprenden los presupuest­os. «No son nuestros presupuest­os porque continúan perpetuand­o un modelo de Estado que tampoco es el nuestro», alegó el diputado Joan Margall. «Más que servir a la ciudadanía, se sirve de ella para mantener los presupuest­os a los de siempre», criticó, para afear el incremento del gasto de Defensa o la partida dedicada a la Monarquía.

Para ERC, las políticas económicas «son solo parches, no derechos», al entender que con las cuentas «no se han atrevido a ir a la raíz de las desigualda­des». A pesar de reconocer que sintonizab­an con algunas medidas sociales, el balance para los republican­os sigue siendo agridulce y avisan: «su crédito ya ha terminado». Más advertenci­as desde el PNV. La diputada Idoia Sagastizab­al dejó claro que este apoyo a la tramitació­n de las cuentas es solo el «punto de partida» y queda un «trecho» para aprobarlas. En este sentido, la diputada vasca ha apelado tanto a la «agenda vasca» (transferen­cias de competenci­as, acomodo de los nuevos impuestos para que puedan ser asumidos por la Hacienda foral o mejora de la cogobernan­za de los fondos europeos) como al diseño de los propios presupuest­os, que considera que tiene deficienci­as tanto por las previsione­s de crecimient­o económico como por las estimacion­es de ingresos y gastos. Asimismo, también valoró correctame­nte los impuestos a energética­s y banca, pero ha advertido contra una «carrera alocada» por los impuestos por motivos electorali­stas y «sin valorar el impacto económico» real de cada medida.

El portavoz de Bildu, Oskar Matute, también avisó al ejecutivo que tendrá que hacer esfuerzos para conseguir el apoyo definitivo de los cinco diputados de su grupo. «No den por hecho nuestros votos», alertó ya que estas cuentas tienen «falta de ambición» para afrontar las desigualda­des y ha hecho énfasis en la necesidad de alumbrar algunas leyes pendientes, como la de vivienda.

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EP La vicepresid­enta, Yolanda Díaz, ayer, en el Ministerio de Trabajo

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