La Razón (Cataluña)

Núñez Feijoó, de la corbata al encanto del cuello vuelto

► El líder gallego se ha lanzado a la moda que ya catapultó a la fama a la intelectua­lidad de izquierdas, tanto francesa como española. ¿Le veremos menos con corbata?

- Marian Benito. MADRID

AlgoAlgo tiene el jersey de cuello vuelto que desata puro delirio. Era de esperar el cruce de palabras que ha despertado la última portada de la revista «Esquire», con Alberto Núñez Feijóo cubriéndos­e parte del rostro y acentuando sus ojos. Arriesgado, sin ser transgreso­r. En el gesto y en la mirada, desprende «allure», embrujo, el encanto de lo inesperado. Las redes han enloquecid­o. Unos le ven cursi; otros, estupendo. ¿Cómo se ve él? Quien mejor lo sabe es Jesús Cicero, director de arte de «Esquire» y uno de los artífices de la imagen: «Le sorprendió la propuesta del punto y la paleta de colores que le mostré, del beige al camel. Él no los suele usar, pero le gustó y se sintió cómodo».

En la entrevista, Feijóo aparca su habitual discreción para hablar de su vida personal. «Era necesario romper también ese encorsetam­iento del traje y corbata que exige la vida parlamenta­ria. Y el jersey fue la prenda escogida. Es una prenda cómoda, simple y neutra, acorde con el tono de la conversaci­ón tranquila y relajada», explica Cicero. Tanto debió de gustarle que esta misma semana apareció en un acto con un suéter similar, anunciando un nuevo modo de saber estar. Sin el atril, con micrófono en la mano y moviéndose con naturalida­d. «El punto –añade el director de arte–transmite calidez, cercanía, conexión con la gente. Es un básico que cualquier hombre puede tener como fondo de armario».

No subestimem­os la capacidad de ese cuello poderoso, tan efectivo como el mismísimo proverbio indio que invita a caminar con los zapatos del prójimo. Respira un rato con mi cuello de tortuga y sabrás cómo me siento, viene a decir Diane Keaton cuando confiesa que vierte en él sus pecados e insegurida­des. En Francia va camino de desbancar a la bandera tricolor como símbolo patriótico y ejemplariz­ante ejemplariz­ante de la sobriedad energética que aconseja el Gobierno de Macron. ¿O no será que nos estamos pasando de rosca con tanta suspicacia? «Ya no me verán con corbata, sino con cuello alto», dijo hace unos días el ministro de Finanzas, Bruno Le Marie, terminando de inflamar a una ciudadanía encendida.

De Eladia a Paul Newman

Le Marie, un hombre que usa la literatura como otra forma de poder, asegura que fue simple ironía, pero no se libró de una tunda de burlas que contraatac­ó en forma de sátira: «Perdónenme por molestar por un cuello de tortuga; no esperaba llegar a esto después de quince años en política… Si dejamos que el mundo digital emita palabras inexactas, transforme palabras, distorsion­e imágenes, sin que reaccionem­os, el mundo digital colonizará nuestras mentes. Estaremos en sus talones… Superaré no poder entrar a una habitación sin que me pregunten: ¿No te pusiste el jersey de cuello alto hoy?».

El jersey de Feijóo lo podría haber tricotado en su infancia su abuela Eladia. El golpe de efecto habría sido el mismo porque la prenda tiene ese no sé qué que trasciende cualquier connotació­n utilitaria. Como dice Cicero, es atemporal, versátil, clásica, cómoda y cálida. Y añadimos: muy sexy si recordamos a Paul Newman en «Quinientas millas»; insuperabl­e en el cuello de Robert Redford; e irresistib­le en el cuerpo de Chris Hemsworth. Lo han llevado los hombres más atractivos del mundo. Permite vestir bien en cualquier ocasión y en política siempre es un acierto, incluso bajo la mirada feroz del adversario.

Se lo disputan tanto la derecha como la izquierda. Fue seña de identidad para la élite intelectua­l de la Rive Gauche y símbolo subversivo para el movimiento de las Panteras Negras en los años 60. Los cuellos de tortuga siguieron inspirando a los disidentes en cualquier parte del mundo. En el franquismo, Marcelino Camacho puso de moda los marcelinos, unos suéteres que le tejía su esposa Josefina para hacer más llevadero el frío en la cárcel de Carabanche­l. Su «look» fue un icono de la progresía.

Andy Warhol se apropió del cuello de punto como parte de su iconografí­a pop. Y aunque la prenda cautiva a los magnates del lujo, Steve Jobs encontró en su simplicida­d el modo de alejarse del estereotip­o multimillo­nario. Encargó al diseñador japonés Issey Miyake más de un centenar y fue hasta el último día su única vestimenta e imagen de marca. Agitadora o neutral. Sensual o puritana. Austera o exquisita. Venerada o repudiada. Esta prenda puede serlo todo y siempre permitirá moverse en la dirección correcta.

 ?? ?? Los jerseys de lana de Marcelino Camacho se hicieron célebres
EFE
Los jerseys de lana de Marcelino Camacho se hicieron célebres EFE
 ?? LUIS DE LAS ALAS/ESQUIRE ?? Feijóo en la portada de «Esquire»
LUIS DE LAS ALAS/ESQUIRE Feijóo en la portada de «Esquire»
 ?? ?? El encanto de esconder la nuez
De Daniel Craig o George Clooney a Emmanuelle Macron. De actores a políticos pasando por toda la intelectua­lidad francesa. Aunque todos caemos rendidos ante el cuello de Paul Newman en «Quinientas millas». Insuperabl­e, queridos.
El encanto de esconder la nuez De Daniel Craig o George Clooney a Emmanuelle Macron. De actores a políticos pasando por toda la intelectua­lidad francesa. Aunque todos caemos rendidos ante el cuello de Paul Newman en «Quinientas millas». Insuperabl­e, queridos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain