Brasil debe cerrar las heridas
¿Podrá Brasil superar esta fase de división política y social?
Sí, creo que es posible reparar los daños de la polarización en Brasil con un presidente que no ahonde en las guerras ideológicas y en la división de la sociedad. Si se miran las encuestas se verá que el país no está tan fragmentado en dos. Bolsonaro tiene un 28% de votantes que le van a apoyar no importa lo que haga. Lula tiene un 30% aproximadamente de personas que le seguirán a cualquier lado. El resto es gente que no son votantes duros de ningún candidato y que en esta elección tuvieron que decidir por otros motivos que no son ideológicos. Por tanto, la sociedad brasileña está dividida en tres, así que un presidente que apueste por cerrar las heridas sí puede reparar los daños de estas elecciones. ¿Cuáles son los mayores desafíos de Lula cuando asuma la presidencia en enero?
Los retos más grandes de Lula van a ser el tema fiscal, un problema que viene de la pandemia, pero también porque en estos últimos seis meses Bolsonaro gastó mucho más dinero de lo que podría gastar según la ley. Incluso introdujo una enmienda en la ley fiscal para poder gastar más dinero. Otro desafío será la cuestión social y la pobreza. Hace falta educación y ciencia y tecnología, aspectos que no fueron cuidados por el gobierno de Bolsonaro. Una tercera pata de sus prioridades será la reinserción de Brasil en el concierto internacional ya que con Bolsonaro nos convertimos en un país paria.
¿Le ha costado mucho reconocer el resultado a Bolsonaro?
Bolsonaro va a aceptar los resultados, aunque el martes todavía no había admitido el veredicto de las urnas. El presidente de la Cámara de los Diputados, que es uno de sus mayores aliados, fue uno de los primeros bolsonaristas en reconocer la victoria de Lula y felicitar al presidente electo. Los militares y la prensa están totalmente en contra de cualquier aventura que se salga de la democracia. Así que no existe un apoyo sustancial entre la población a una tentativa de golpe, ni siquiera entre los votantes de Bolsonaro, no quieren nada que no sea democracia. Además, los diputados brasileños fueron elegidos en la primera vuelta de las presidenciales y no quieren más cambios. Incluso sus aliados más próximos rechazarían esa opción.
¿Tendrá difícil sacar adelante sus propuestas Lula con un Congreso dominado por la oposición?
El Congreso está dominado por el Centrâo, que son los partidos pequeños, generalmente de centro derecha, que están en el Congreso solo para hacer negocios y representar intereses particulares. Siempre han estado al lado del gobierno, son muy pragmáticos y buscan espacios de poder para mantenerse sus privilegios. Son sobre todo líderes regionales.
Los grandes países de América Latina están gobernados por la izquierda. ¿Hay una visión parecida entre todos estos gobernantes?
Puede ser que América entre en una nueva fase, pero no se puede ver a la izquierda americana que gobierna en varios países desde un mismo prisma, hay muchos contextos y diferencias. Lo que sí se nota es que la extrema derecha que simbolizan Trumpy Bol sonar o está enmucho ruido pero entrega n muy poco a la gente. Los dos han perdido la reelección.