España, según Sánchez
LaLa obsesión que tiene la izquierda actual, la socialista comunista, por reescribir la historia de España, por imponer su relato, va a llevar a que nuestra crónica histórica empiece con la primera República. Dependiendo de lo que entiendan por conquista, la cual va unida a guerras, enfrentamientos, muertes y la consiguiente imposición de sus normas, puede que la invasión fenicia, púnica, griega y romana se mantengan en nuestra historia, más que nada porque fue España quién sufrió la invasión y no España la que invadió. También puede que se salve la invasión musulmana, que como es bien sabido, destacan por la igualdad entre hombres y mujeres, el respeto a la mujer, y el respeto a los cristianos y judíos. Desde luego, lo que borrarían de un
La izquierda tiene obsesión por reescribir la historia de España
plumazo son los períodos históricos de los reyes, especialmente el de los reinados de Felipe II, Felipe III y Felipe IV, los de mayor esplendor, cuando el Imperio español alcanzó los 20 millones de kilómetros cuadrados.
No sé si en su familia harán lo mismo que con la Historia, si igual que destruyen estatuas y cambian calles, van borrando de su árbol genealógico al tío Pepe o al tatarabuelo Matías si no les gusta.
Se mantendrían las dos Repúblicas y los mandatos de Felipe González, no porque les guste, sino porque sus electores no se lo perdonarían. La historia ideal sería la que refleje el documental «Las cuatro estaciones» sobre la vida y milagros de Pedro Sánchez, la historia documentada por Sánchez. 20 millones de euros que nos van a adentrar en el día a día del presidente, dada la importancia que tiene conocer qué desayuna y qué deporte ejercita. Me quedo con la frase de Séneca: «Ninguno ama a su patria porque es grande, sino porque es suya. Amo mi país con sus luces y sus sombras».