La carga tributaria hunde la libertad económica española
► España, por debajo de la media de la OCDE y de la UE en el índice mundial de Heritage
La mayor carga impositiva, el gasto público y las dudas en salud fiscal han condicionado «la mala posición de España en libertad económica y empresarial». Esta es una de las principales razones que ha llevado a España a situarse por debajo de la media tanto de los países de la OCDE como de la propia Unión Europea en el Índice de Libertad Económica 2022 (ILE 2022) elaborado por la Fundación Heritage y presentado y editado en España por el Instituto de Estudios Económicos (IEE). De acuerdo con este estudio, nuestro país se sitúa en la lista de libertad económica en el puesto 41 de los 184 países analizados, aunque entre los países más desarrollados ocupa el puesto 29, un 6,2% por debajo de la media y un 5,9% menor del promedio de la UE-27. Centrados en el ranking de libertad de empresa, España ocupa la posición 32 dentro de los 38 países de la OCDE, con una puntuación de 93,3, un 6,7% inferior, y un 6,5% menor que la UE.
El análisis muestra que España presenta un elevado margen de mejora cuando se compara con los países de su entorno –pero por encima de Francia o Italia-, aunque «claramente por detrás de la mayor parte de los países desarrollados» y con una puntuación un 19,2% inferior a la de Singapur, que encabeza el ranking. Esto significa que España habría dejado de estar incluida dentro de la «categoría de democracia plena» para pasar a la de «democracia con defectos».
El Instituto indicó que la mala posición de España en cuanto a la libertad económica se ve condicionada por políticas sobre «la carga impositiva, el gasto público y la salud fiscal». En todas ellas es donde España obtiene las peores clasificaciones, situándose en la zona muy baja de la clasificación. Por el contrario, la estabilidad monetaria, la apertura comercial y la facilidad inversora son las variables en las que España alcanza las mejores clasificaciones, «las cuales están determinadas principalmente por nuestra pertenencia a las instituciones europeas». Según recordó el IEE, «nuestro país continúa con desafíos para la gobernanza, como la fragmentación política o la corrupción, al tiempo que sigue presentando problemas de sobrecarga y lentitud en el sistema judicial, que, además, padece una creciente interferencia política». En cuanto a la libertad de empresa, España solo ha experimentado cierta mejoría «gracias a que se contabilizan los fondos europeos para la inversión empresarial». No obstante, continúa en la zona baja.
El Instituto también reclamó el establecimiento de un «marco regulatorio adecuado» para la mejora de la libertad económica y para garantizar la libertad de empresa. También criticó el papel «muy relevante» que adquiere en este índice el impacto negativo de la gran «fragmentación del mercado interior» por los excesos regulatorios de las comunidades autónomas.