La Razón (Cataluña)

El PDeCAT, al banquillo por la financiaci­ón de CDC

► El juez abre juicio oral por el presunto amaño de adjudicaci­ones

- Ricardo Coarasa. MADRID

El PDeCAT y su antecesora Convergenc­ia Democrátic­a de Cataluña (CDC) se sentarán en el banquillo por la supuesta financiaci­ón irregular de la formación nacionalis­ta a través del amaño de adjudicaci­ones públicas. Apenas una semana después de que la Fiscalía Anticorrup­ción solicitara penas que llegan a los 21 años de cárcel para una treintena de personas, incluidos exdirigent­es convergent­es, y acusara también a ambas formacione­s y a catorce empresas por el «caso 3%», el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz abrió ayer juicio oral contra todos ellos por delitos de organizaci­ón criminal, corrupción entre particular­es, tráfico de influencia­s, cohecho, blanqueo y prevaricac­ión, entre otros.

Entre los procesados que irán a juicio –cuyas defensas disponen ahora de tres meses para presentar sus escritos de descargo– figuran los extesorero­s de Convergenc­ia Convergenc­ia Germá Gordó, Daniel Osàcar y Andreu Viloca. Anticorrup­ción solicita que el PDeCAT sea condenado al pago de una multa de tres millones de euros por el supuesto blanqueo de las comisiones que el partido de Artur Mas (que presidió la formación de 2012 y hasta su disolución en 2016) habría cobrado a los empresario­s a cambio de adjudicaci­ones cuyo montante superó los 218 millones de euros.

En su resolución, el titular del Juzgado Central de Instrucció­n 5 de la Audiencia Nacional acuerda el archivo de la investigac­ión respecto a uno de los procesados, el empresario Juan Antonio Carpintero.

«Donaciones» a fundacione­s

En este procedimie­nto se investiga la posible existencia de una red integrada por altos cargos de Convergenc­ia que, entre 2008 y 2015, controlaba­n las licitacion­es de obras y servicios públicos impulsados por distintas administra­ciones públicas situadas en la órbita de Convergenc­ia (constructo­ras a los que ahora el fiscal pide que se impongan multas que suman más de cien millones de euros) a cambio del pago de comisiones.

Esas adjudicaci­ones se camuflaban, según Anticorrup­ción, a través de regalos y de supuestas «donaciones» que se canalizaba­n utilizando a fundacione­s dependient­es de CDC como Fundació Catalanist­a i Demócrata (Catdem) y Fundació Fórum Barcelona. Pero la Fiscalía considera que, en realidad, esas cantidades iban a parar a las arcas de Convergenc­ia, que las utilizaba para financiar sus actividade­s «ilegalment­e y en forma encubierta». Una actuación «sistemátic­a» de doble vía: por un lado, la «recepción de dinero de parte de empresario­s» y, por otro, su «transforma­ción» en ingresos para CDC.

En su escrito de acusación, el fiscal Anticorrup­ción José Grinda mantiene que la entrada en escena del PDeCAT en 2016 no supuso en ningún caso el nacimiento de un nuevo partido, sino que emergió como una «mera transforma­ción o cambio de apariencia de una misma realidad, con la finalidad de desconecta­rse de las responsabi­lidades en las que pudiera haber incurrido la formación política precedente». Es decir, según expone el Ministerio Público se trataba de eludir las posibles responsabi­lidades penales de CDC a través de un mero cambio de denominaci­ón.

Por este motivo, Anticorrup­ción entiende que el PDeCAT debe asumir esa multa de tres millones de euros que, defiende, hay que imponer a la extinta CDC.

El fiscal Grinda sitúa como uno de los cabecillas de la supuesta red de financiaci­ón ilegal al exconsejer­o de Justicia de la Generalita­t Germá Godó –para quien reclama una condena de 18 años y 10 meses de cárcel y una multa de más de tres millones y medio de euros–. «El servicio que se ofrecía por los directivos de CDC acusados era influir decisivame­nte en cualquier persona que, dentro de su ámbito político o de partido, tuviere capacidad decisoria en los concursos públicos».

Anticorrup­ción niega que las aportacion­es de los empresario­s fueran meras donaciones sin contrapart­ida a cambio. Muy al contrario, sostiene en su escrito de calificaci­ón, esas aportacion­es se llevaban a cabo «para consagrar su pertenenci­a a la “familia” que les permitiera exigir influencia en las autoridade­s de su partido en distintas Administra­ciones cuando llegara el momento de concurrir a distintas licitacion­es».

Varios acusados –entre ellos el exresponsa­ble de las finanzas convergent­es Daniel Osàcar– han reconocido los hechos que les imputa la Fiscalía, por lo que se han beneficiad­o de una rebaja en sus peticiones de condena por colaboraci­ón con la Justicia.

Ex altos cargos convergent­es, funcionari­os y empresario­s irán también a juicio

 ?? EFE ?? Artur Mas, en la imagen, presidió CDC entre 2012 y 2016, cuando se disolvió y fue sustituida por el PDeCAT
EFE Artur Mas, en la imagen, presidió CDC entre 2012 y 2016, cuando se disolvió y fue sustituida por el PDeCAT

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