El rugby derrota a la pandemia
► España compitió en el torneo Sevens de Hong Kong que se disputaba por primera vez desde 2019
Camisetas con esquelas de hámsters, tropas de uniformes naranjas de presos con carteles de centros de cuarentena y disfraces de pruebas de antígenos inundaron las gradas del bucólico estadio de Hong Kong, en el esperado torneo de los Sevens en el que se respiraba alivio y crítica a un gobierno estricto con sus medidas contra la pandemia. Sentados en los escalones de hormigón, una valiente multitud de aficionados españoles apoyaban a la selección mientras se enfrentaba, entre otros, al favorito Fiyi. Celebrado del 4 al 6 de noviembre, el torneo regresó por primera vez desde 2019 después de que se levantaran algunas de las restricciones más estrictas en materia de coronavirus.
Los fanáticos del rugby han tenido tenido que soportar ciertas restricciones abandonadas hace tiempo en otros países y los equipos participantes pasaron el torneo dentro de una burbuja de estrictos controles. A su llegada, los aficionados estaban obligados a escanear un código QR a través de una aplicación y a cumplir con los requisitos de vacunación: básicamente, estar inmunizado o tener una exención válida. También tuvieron que mostrar una fotografía del resultado negativo de la prueba rápida de antígeno obtenida ese día, marcada con su nombre, la fecha y hora en que se tomó.
Es una temporada crucial para los Leones, dado que los cuatro mejores combinados se clasificarán para los Juegos Olímpicos de París 2024 y el siguiente año habrá una reducción importante de los equipos fijos. España perdió ante Nueva Zelanda (24-7) en la lucha por el noveno puesto tras quedarse fuera del top 8 con dos derrotas ante Estados Unidos y Fiyi y dos victorias ante Japón y Uruguay.
«Es el primer evento de la temporada y con 5 nuevos jugadores hemos conseguido 5 puntos, objetivo mínimo. Afrontamos el próximo torneo de Dubái con confianza en este equipo joven que va sumando experiencia con cada partido», expresó Keith Chapman, manager de Los Leones.
El esperado acontecimiento tiene su origen en 1976, y surgió durante un almuerzo con alcohol como forma de comercializar una marca de tabaco. Ese año 3.000 curiosos acudieron a presenciar un modesto evento de un día que acabaría transformando el rugby de Asia. La entrada era gratuita y participaron 12 equipos.
A medida que Hong Kong fue creciendo en la década de 1980, los Sevens también lo hicieron. El torneo se hizo famoso por reunir a equipos de todo el mundo y la ciudad se enganchó.
Fiyi, que era el gran favorito de la competición, no cumplió con las expectativas y cayó en la final ante Australia (20/17). Se trata del centro espiritual del rugby a siete, y para los aficionados fiyianos, el estadio hongkonés es el púlpito ante el que rinden culto.
El éxito sobre el terreno de juego –19 títulos en total, incluyendo los últimos cinco– solo se ve igualado por las decenas de aficionados que acudían a la ciudad cada año, y que ayudaban a dar vida y color año tras año al torneo cada día.
El torneo se celebró después de levantar algunas de las restricciones más estrictas del mundo