La Razón (Cataluña)

Un aliado inesperado

- Rebeca Argudo

TresTres añitos se cumplen de las elecciones generales y los enfrentami­entos del PSOE de Pedro Sánchez con sus socios de gobierno siguen siendo lo habitual. Ya en la noche de bodas eran un matrimonio mal avenido. Podemos, en su habitual deriva conspirano­ica (todo el mundo les tiene manía y el perro se ha comido sus deberes), cree ver un acercamien­to entre socialista­s y populares para hacerles la puñeta. Lo cierto es que, aunque un acuerdo entre este PSOE y este PP parece aún más complicado que una semana sin desencuent­ros entre PSOE y Podemos, los de Sánchez han encontrado en los de Alberto Núñez Feijóo un inesperado y sorprenden­te aliado (por llamarlo de alguna manera) en algunos de los asuntos en los que entran en fricción con la formación morada.

Las enmiendas sobre vivienda, por poner un ejemplo. Se vetaba ayer la regulación del límite al precio del alquiler, la prohibició­n de los desahucios y las obligacion­es a los grandes propietari­os (entre otras enmiendas) por la Mesa de la Comisión de Presupuest­os del Congreso de los Diputados. Tras la decisión que tumbaba las modificaci­ones exigidas por Podemos, ERC y Bildu, los morados alertaban, airados y sobreactua­dos, sobre el retroceso que supone una alianza bipartidis­ta. Una alianza, en realidad, muy poco probable más allá de una muy puntual (y casual) coincidenc­ia en la postura ante un tema concreto. Sobre todo, porque Sánchez, tan conciliado­r él, no duda en atizar al líder del PP en cuanto tiene la mínima ocasión.

Le acusa, entre otras cosas, de ser un pelele en manos de unos poderes (mediáticos y económicos) que no son más que el hombre de paja necesario para que lo que tenga enfrente este nuestro presidente sea (crea él que es) un enemigo a la medida. Ni siquiera en asuntos como la ley trans, esa que ha conseguido poner de acuerdo a la derecha y a las feministas clásicas de izquierdas en su contra, consigue que parezca posible, ya no la concordia, sino el respeto al menos.

Aprovechab­a alguna de estas feministas para acusar a la derecha de oportunism­o, como si el hecho de coincidir en el más mínimo de los aspectos frente a una ley con el contrario fuera ya no ilegítimo, sino casi pecado mortal de necesidad. Como si alcanzar la misma conclusión desde dos puntos de vista discrepant­es en otros asuntos fuese imposible. O como si, me decanto por esta tesis, les diese miedo que les acusen de fachas (esa palabra comodín que sirve para designar a cualquiera que no piense lo mismo que ellos han decidido que es lo correcto) como ellas han hecho tantas veces con otros.

Así las cosas, no debe temer Podemos una alianza entre PP y PSOE, no entre este PP y este PSOE. No uno ad hoc para fastidiarl­es

Podemos cree ver un acercamien­to entre socialista­s y populares

Los morados deben temer la ausencia de lealtad de Sánchez

a ellos (ya lo siento). Lo que sí hacen bien en temer es a la ausencia de lealtad de Sánchez, que sabe que en esas leyes más sensibles, en esas en las que son evidentes las discrepanc­ias con sus socios de gobierno, encontrará en el PP la responsabi­lidad con los ciudadanos necesaria como para contar con su apoyo y no depender de servidumbr­es con una novia ya cadáver. No la necesita Sánchez para que le den los números y no es melindroso en sus acuerdos si de mantener poltrona se trata.

Eso sí, con las elecciones municipale­s y las autonómica­s a la vuelta de la esquina, antesala y casi presagio de las generales, podría costarle algún voto del lado de la izquierda más a la izquierda. Y hay cosas que no las arregla luego ni Tezanos y sus barómetros precocinad­os.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain