El PP de Feijóo se dispara en Cataluña y quintuplica escaños
► Junts se hunde y registraría el peor resultado de su historia. El PSC gana a ERC, según el «CIS catalán»
A las puertas del largo ciclo electoral que empieza en 2023, el PP de Alberto Núñez Feijóo se dispara en toda España y coge impulso también en Cataluña, territorio hostil durante los años del «procés». De celebrarse ahora elecciones al Parlament, los populares multiplicarían por cinco su resultado actual y pasarían de 3 a un tope de 16 escaños –11 por la franja baja–, según la encuesta oficial de la Generalitat publicada ayer.
Un importante salto hacia adelante que catapultaría al PP comandado por Alejandro Fernández en Cataluña y le situaría como cuarta fuerza en la Cámara. Un excelente botín por detrás de PSC, Esquerra y a media distancia de Junts, en caída libre tras su ruptura con los republicanos y la posterior salida del Govern.
En cambio, Vox retrocedería con una horquilla de entre 6 y 10 diputados, por los 11 que tiene actualmente, y quedaría ya a cierta distancia de los populares, que se afianzarían como alternativa constitucionalista de derechas. La formación también borra de su competencia a Ciudadanos, que sigue su caída al rozar la desaparición en el Parlament, escenario que le vio nacer en 2006.
De hecho, el PP quiere ocupar el carril central de la política, reivindicar la moderación en Cataluña y el espíritu constitucional como ejes de su discurso y apostar por recuperar la estabilidad ante las múltiples guerras del independentismo que han puesto en jaque a las instituciones, tanto al Govern como al Parlament. «Todos aquellos que se sientan catalanes y españoles tendrán una defensa constante y continua en esta que es su casa, que es el PP», avisó el líder popular, Alberto Núñez Feijóo, en su última visita a Barcelona, hace menos de un mes y donde desplegó su plan antiokupaciones. En este sentido, los populares quieren ganar presencia en la comunidad, una estrategia que da sus frutos al convertirse en el partido que más moviliza a los ciudadanos que se quedaron en casa el año pasado, pues en concreto un 25% de sus apoyos llegarían de la abstención y los indecisos, según la encuesta.
Con esta horquilla de entre 11 y 16 escaños y una intención directa de voto del 8% que le otorga el «CIS catalán», el PP se quedaría cerca del mejor resultado histórico logrado por Alicia Sánchez Camacho en 2012, cuando consiguió 19 escaños y ser también cuarta fuerza del Parlament. Además, la tendencia es al alza ya que los populares mejoran el resultado del anterior barómetro de julio, de entre 9 y 14 escaños.
En la parte alta de la tabla, el PSC ganaría las elecciones en Cataluña si se celebraran ahora con entre 35 y 41 escaños, por los 33 actuales. Un paso por delante de la Esquerra de Pere Aragonès, que obtendría entre 30 y 36 (ahora también 33) pese a estar en el poder desde mayo del año pasado con la presidencia de la Generalitat.
La caída libre la protagonizaría Junts: el partido que ha gobernado la Generalitat a lo largo de 32 años se descalabra y perdería entre 13 y 8 diputados en el Parlament quedándose con entre 19 y 24 (por los 32 actuales). El peor resultado de siempre para la posconvergencia a raíz de su salida del Govern, según refleja la encuesta oficial de la Generalitat.
De hecho, republicanos y antisistema lograrían un resultado similar al de 2021, aunque el hundimiento de Junts podría acabar con la mayoría absoluta independentista y quedaría reducida por la parte baja a 57 escaños. Un tripartito de izquierdas –con PSC, ERC y Comunes– obtendría más respaldo que el secesionismo.
Esta es la primera encuesta tras la ruptura del independentismo y la abrupta salida de Junts del Palau de la Generalitat. Una fractura agudizada a raíz de una Diada que evidenció el enorme cisma del movimiento tanto en la calle como en las instituciones.
El sondeo se llevó a cabo a partir de 2.000 entrevistas durante toda la crisis entre ambos partidos, del 27 de septiembre al 21 de octubre. Por tanto, el barómetro comenzó en el mismo momento que la crisis de los exsocios del Ejecutivo y finalizó dos semanas después de la encuesta interna de Junts que certificó su marcha a la oposición.
El descalabro del partido de Borràs podría acabar con la mayoría secesionista, reducida a 57 escaños