Las medidas de seguridad de los CDR, «como las de ETA en Francia»
► A la Guardia Civil le llamó la atención el dispositivo de la reunión con la hermana de Puigdemont
La reunión «itinerante» entre miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR) procesados por terrorismo en la Audiencia Nacional y la hermana de Carles Puigdemont –que se habría celebrado a mediados de septiembre de 2018– se llevó a cabo con medidas de seguridad que la Guardia Civil compara con las que ETA desplegaba para sus reuniones en el sur de Francia. Así lo puso de manifiesto ante el juez Manuel García Castellón el pasado 20 de junio, en su declaración como testigo, el exresponsable de Información del Instituto Armado en Cataluña.
El teniente coronel –que estaba al frente de esa unidad cuando se detuvo a los miembros del Equipo de Respuesta Táctica( ERT ), la rama más radical de los CDR– aseguró que le llamó «mucho la atención» que «en esa especie de cita «se adoptaron unas medidas de seguridad que fueron muy llamativas y que recordaban a las que utilizan grupos organizados o como las que utilizaba ETA en Francia».
El supuesto encuentro –al que se refirieron dos de los procesados en una conversación telefónica intervenida y que la hermana del expresident negó que se produjera– se habría propiciado con el objetivo de tender puentes de comunicación seguros entre el entonces presidente de la Generalitat, Quim Torra, y el huido Puigdemont,a quien su puestamente puestamente se le remitió en esa cita información «sensible».
En esas comparecencias, las defensas intentaron sin éxito que la media docena de guardias civiles que testificaron reconocieran que la investigación a los detenidos en 2019( ahora aun paso del banquillo) se gestó en unas diligencias secretas abiertas dos años antes y que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) participó en la operación.
Así consta en los audios de esas comparecencias incorporados al sumario, al que ha tenido acceso este periódico, en los que los agentes afirmaron desconocer o no recordar cómo se tuvo acceso a la información que dio la pista de ese encuentro de cinco de los miembros de los CDR procesados con la hermana de Puigdemont.
Uno de ellos, F erran Jol is( responsable delas comunicaciones de la supuesta organización criminal), sí admitió en su declaración haberse reunido con la hermana del expresident. Pero a preguntas del fiscal Miguel Ángel Carb al lo, aseguró que se la encontró de casualidad en una cena popular (el Sopar Groc) para «recaudar fondos para la caja de resistencia », celebra da en la lo celo n esa de Santa Perpetua. Según explicó, «vino como invitada la hermana de Puigdemont» y al enterarse por un amigo de que él «sabía cosas de móviles », le pidió« si me podía llamar porque lo que buscaban era una línea de comunicación privada para que la Policía no los rastreara».
«Usted sabía que estaba participando en algo que no estaba bien porque si yo quiero ocultar algo a la Policía no será bueno ¿no?», le pregunta entonces el fiscal. «Yo no sé lo que querían ocultar », pretextó .« Había una situación muy inverosímil, muy complicada y no me importaba hacerle unosmails privados, no creo eso no sea legal», añadió.
«Sinceramente, me daba igual – contestó al fiscal– porque el entonces presidente Puigdemont no me daba a mí de comer, de hecho me quitó medio sueldo cuando trabajaba en ambulancias. Pero al final sí que vi una oportunidad de ingresar dinero en casa, porque al final yo necesitaba comer».
Tras esa comparecencia, tanto el fiscal como la representación de la Asociación Catalana de Víctimas del Terrorismo (Acvot), que ejerce el despacho Fuster-Fabra, reclamaron el ingreso en prisión de Jolis, que acordó el juez (al igual que respecto a otros seis detenidos), y en la que permaneció hasta que se decretó su libertad provisional en diciembre.
Un procesado dijo al juez que buscaba «una línea de comunicación privada» con el expresident