El Benavente más combativo y revolucionario
El Teatro Español conmemora el centenario de la concesión del Nobel al dramaturgo
El papel de la educación en la sociedad, la universalización en el acceso al conocimiento, la defensa de la razón y el progreso, la libertad de pensamiento… son algunos de los temas que abordó Jacinto Benavente en «Alfilerazos», el título que abrirá el ciclo de lecturas dramatizadas que el Teatro Español dedica al autor madrileño. Estrenada en Buenos Aires en 1924 –un año antes de llegar a los escenarios españoles y a la imprenta–, la obra cuenta la historia de un hombre llamado Remigio, que interpreta Eduardo Velasco, y quien regresa a España, después de 40 años, decidido a utilizar la fortuna que ha hecho en América para mejorar las condiciones de vida de la gente de su pueblo. La terca oposición de sus paisanos, que censuran las iniciativas aperturistas que Remigio pretende llevar a cabo en una escuela que va a construir, terminará por arruinar las ilusiones de un hombre enfrentado a un sistema ideológico inflexible y anquilosado. Ana Contreras está al frente de este «semimontaje» con dramaturgia de Xus de la Cruz en el que ambas quieren «respetar escrupulosamente la voz de Benavente».
Escuela revolucionaria
«Hemos añadido un prólogo y algunos par lamentos que sirven para contextualizar la obra, pero hemos mantenido, por supuesto, la palabradlapalabradel autor. Se trata de que el y celebre a Ben a vente por el teatro que nos dejó escrito ». La contextualización a la que se refiere tiene que ver con una influencia más que probable en el escritor, y, en este texto en concreto, de la Escuela Moderna que impulsó en España durante los primeros años del siglo XX Francisco Ferrer Guardia, influido a su vez por el pensamiento anarquista que había empezado aper mearen ese tiempo alas clases trabajador as. Aquella revolucionaria escuela pretendíaintegrara todas las personas sin distinción de sexo, clase social o nivel económico; y abogaba en su metodología por el racionalismo y el conocimiento a través de la experiencia. «No se trata de identificar a Remigio con Ferrer Guardia, porque no son identificables; pero sí se dice que el personaje quiere hacer una ‘‘escuela a la moderna’,’ y, cuando se describe esa escuela, coincide plenamente con la escuela de Ferrer Guardia –señala Contreras–. A Ferrer lo fusilaron en 1909, y aquello fue un escándalo. Benavente en esa época ya era un hombre adulto y muy atento a lo que estaba ocurriendo en su tiempo. Es una obra de teatro de tesis, y él está exponiendo una serie de pensamientos que son controvertidos, no solo en su tiempo, sino tambiéneneste». Óscar Allo, Rubén Bustamante Coque, Javi Morán, Karina Moscol, Cachito Noguera, María Ramos, Jaime Soler y Kunihito Tomita acompañan a Velasco en un reparto en el que, aun con el texto en la mano, han trabajado todos los aspectos teatrales como se hace en cualquier montaje al uso. «Aquí todo está cuidado: vestuario, iluminación, espacio sonoro… Y también el movimiento escénico y la dirección de actores. La intención que el público se olvide rápidamente de que los actores tienen el texto en la mano».
DÓNDE: Sala Margarita Xirgu, Teatro Español, Madrid. CUÁNDO: hasta el 13 de noviembre. CUÁNTO: 13 euros .