Sunak promete restablecer la estabilidad en Irlanda del Norte tras el divorcio
El «premier» Rishi Sunak se mostró ayer «decidido» a restablecer la estabilidad política en Belfast durante la reunión que mantuvo ayer con el Taoiseach (primer ministro irlandés), Micheál Martin, en la cumbre Británico-Irlandesa. Creada en 1998 con los Acuerdos de Viernes Santo que sellaron la paz entre católicos y protestantes, es una cita en la que anualmente se reúnen representantes de los gobiernos de Reino Unido e Irlanda, así como las administraciones descentralizadas de Escocia, Gales e Irlanda del Norte y los gobiernos de la Isla de Man, Jersey y Guernsey. Normalmente no tiene un perfil destacado en la agenda de Westminster. De hecho, la última vez que había asistido un inquilino de Downing Street fue en 2007, con Gordon Brown.
Sin embargo, este año tiene una relevancia especial, ya que se celebra en medio de las grandes tensiones entre las dos comunidades norirlandesas por los nuevos controles aduaneros post Brexit que, según los más críticos con Bruselas, están poniendo ahora en peligro el acuerdo de paz.
Hay mucho en juego y el propio presidente norteamericano Joe Biden -de descendencia irlandesaha irlandesaha pedido a ambas partes que acerquen posturas, advirtiendo incluso a Londres que, de no cumplir lo pactado tras el divorcio, no hay perspectivas de que el Reino Unido pueda alcanzar algún día el ansiado acuerdo comercial con los Estados Unidos.
Los norirlandeses llevan sin Gobierno desde el pasado mes de febrero, cuando los unionistas del DUP rompieron el Ejecutivo de coalición en protesta por estos controles como estrategia política de cara a los comicios que se celebraron en mayo. No les funcionó. Por primera vez en la historia, los católicos del Sinn Fein -antiguo brazo político del IRA- se convirtieron en la formación más votada. Pero, desde entonces, la actividad política está totalmente paralizada. Los Acuerdos de Viernes Santo obligan a gobernar en coalición a las dos comunidades y el DUP se niega a mover ficha.