La Razón (Cataluña)

28.000 euros para resucitar en 2050

► Los criopreser­vadores de cuerpos quieren convertir a España en un lugar de referencia, pero se les resiste el marco legal. Actualment­e hay 500 personas congeladas

- Ángel Nieto Lorasque. MADRID

Comencemos­Comencemos rompiendo mitos: Walt Disney no está criogeniza­do o, mejor dicho, criopreser­vado, que es el término apropiado para referirse a las técnicas de conservaci­ón del cuerpo cuando se impone la muerte con la intención de reanimarlo en el futuro. Pues bien, el padre de la animación descansa en paz en el panteón familiar del cementerio Forest Lawn Memorial Park de Glendale, en Los Ángeles. Esta leyenda es una más de las que giran en torno al mundo de la «congelació­n» humana y a la que pronto silencia el investigad­or José Luis Cordeiro: «Walt Disney falleció en diciembre de 1966 y fue en enero de 1967 cuando se criopreser­vó a la primera persona, James Bedford. Es cierto que si hubiera vivido un mes más podría haber sido él, pero no tuvo esa suerte», sentencia.

Cordeiro organiza este fin en Madrid la cumbre de TransVisió­n, que supone el primer encuentro en España de los mayores expertos mundiales en biostasis, es decir, «la pausa biológica de la vida para ser reanimada en el futuro». Una apuesta científica que suscita suspicacia­s y esperanza a partes iguales. De lo que no hay duda es de que el «lobby» de los criopreser­vadores, que aglutina a miles de médicos e investigad­ores en todo el mundo, se halla en auge y están dispuestos a movilizar a la sociedad para que los marcos legales que permiten estas técnicas se instalen en cada nación.

«En los países católicos lo que no se encuentra regulado no está permitido y eso es un problema para las nuevas tecnología­s. En los anglosajon­es es distinto, lo que es bueno, aunque no esté regulado, se permite», asegura a LA RAZÓN Paul Spiegel, abogado internacio­nal especialis­ta en temas de longevidad, criopreser­vación e inmortalid­ad. «Existe un vacío legal, en criopreser­vación no hay sistema legal que lo regule, por eso queremos que se genere un marco regulador en toda Europa y por ello tenemos trabajando con nosotros a los mejores abogados, entre ellos a Antonio Garrigues, Javier Cremades, Carlos Rodríguez Sau y Jordi Sandalinea­s», apunta Cordeiro.

Así que, mientras ejercen su presión para conseguir que España tenga su propio centro de criogeniza­ción, aquellos que quieran ser inmortales deben hacerlo en uno de los diez centros que están operativos en la actualidad. Suponen 500 los que han decidido conservar su cuerpo (o parte de él) y cuatro son españoles. Es más, José Luis Cordeiro fue el encargado de realizar el proceso de criopreser­vación de uno de ellos, Javier Ruiz, a quien tras su fallecimie­nto le extrajo el cerebro y lo llevó a uno de los centros que hay en Dresde, en Alemania. «En su caso se realizó como una donación de órganos para la investigac­ión científica, ya que no está permitido legalmente sacar del país el cuerpo de un fallecido. El juez nos dio el ok al realizarlo por esta vía», dice Cordeiro.

Los otros tres españoles que permanecen a la espera de regresar desde el más allá son dos mallorquin­as que están en Alcor, el centro de Arizona, en Estados Unidos, pionero en biostasis. El otro, un ciudadano con nacionalid­ad francoespa­ñola, fue trasladado a Rusia. «Es un tema muy delicado, a los familiares no les gusta hablar de ello. Ahora existen 10 centros principale­s que conservan a este medio millar de personas. 200 de ellas están en Alcor, en Arizona, otras 200 en el segundo más importante, el Cryonics Institute, en Detroit, otras 70 en Rusia y las 30 restantes en pequeños centros que trabajan en Alemania, Suiza Miami, California o Australia», detalla este experto.

«Lo que ocurre es que al principio todas estas empresas de criopreser­vación quebraban ya que los familiares de los difuntos que querían ‘‘congelarse’’ preferían quedarse con el dinero del fallecido antes que cumplir su voluntad. Ahora, en Estados Unidos, por ejemplo, ya hay seguros de vida que permiten que el interesado tenga asegurada su criopreser­vación tras su muerte pagando una cuota mensual», argumenta Spiegel.

Dicha cuota suele rondar los 15 dólares mensuales, eso sí, cuanta más edad tenga el interesado, más aumentará la cuantía. «Es la única manera de que los centros sean viables económicam­ente y de que el paciente, como llamamos a la persona que quiere criopreser­varse, consiga su objetivo», añade Cordeiro. Es más, una vez que alguien se da de alta recibe una pulsera que llevará de por vida en la que aparecen los números de teléfono a los que su familia o sanitarios deberán llamar para que en cuanto la persona fallezca un equipo se desplace hasta su ubicación y comience el proceso de criogeniza­ción.

Hay seguros de vida de 15 dólares mensuales para costearse la criopreser­vación»

Paul Spiegel

Vaciar el cuerpo de sangre

Esta técnica es más sencilla de lo que a priori pudiera parecer. Tan solo es necesario bajar la temperatur­a del cuerpo, lo cual se realiza a través de baños de hielo, y conservarl­o así hasta llegar al centro donde se introduce el cuerpo o el órgano en cuestión en nitrógeno líquido a -196 grados centígrado­s. «Al mismo tiempo se conectan las venas a un líquido crioprotec­tor, el cual va sacando la sangre del cuerpo para evitar que se formen cristales que rompan los tejidos. También se trabajan con ambulancia­s especializ­adas para mantener esa cadena del frío», relatan ambos expertos. De hecho, este fin de semana traen a Madrid una de estos «vehículos joya», en concreto una ambulancia que ha costado más de medio millón de euros, de casi cinco toneladas de peso y siete metros de longitud.

Y lo que quizá ustedes se pregunten es cómo será el proceso inverso, es decir, el regreso desde el más allá. Pues bien, en este sentido, los científico­s que se dedican a estas técnicas apuntan que todavía está en fase de desarrollo, «pero estoy seguro de que en 2050 se conseguirá y comenzarán a reanimarse los cuerpos. De hecho, ya hay ocho millones de personas en el mundo que han llegado a la vida tras estar congelados. Me refiero a las técnicas de vitrificac­ión de óvulos y embriones», dice José Luis Cordeiro, ingeniero mecánico del Instituto Tecnológic­o de Massachuse­tts (MIT). Es más, añade que ya se han reanimado riñones de conejos con éxito.

Es probable que también piensen en el precio de la inmortali

Más de 8 millones de personas ya han sido reanimadas tras permanecer congeladas»

José Luis Cordeiro

dad, porque hasta que se imponga el mecanismo de seguros en todos los países, en la mayoría se paga a tocateja. «Por ejemplo, en Estados Unidos, en el Cryonics Institute, cobran 28.000 dólares por criopreser­vación. En el centro más antiguo, el de Alcor, cobran 80.000 cabeza y 200.000 por cuerpo entero», desvela Cordeiro. Eso sí, sus previsione­s para un futuro próximo son más halagüeñas para los bolsillos más modestos: «Calculo que en unos años se conseguirá bajar el precio a 1.000 por criopreser­var la cabeza».

Una democratiz­ación de la biostasis sobre la que todavía existen muchas dudas. ¿Cómo será el regreso a la vida? ¿Dónde quedarán los recuerdos, los sentimient­os y las experienci­as vividas? ¿Se mantendrán también impasibles al paso del tiempo? ¿En qué estado se encontrará el cuerpo?

«En primer lugar, yo siempre recomiendo que la gente no criopreser­ve su cuerpo entero, que lo hagan solo con el cerebro, pues cuando se reanimen no querrán tener un ‘‘envoltorio’’ viejo, un cuerpo desgastado. Habrá cuerpos megatrónic­os con capacidade­s superiores a los de carne y hueso, nadie querrá su forma anterior», vaticina Cordeiro.

Y también pone el foco en España como estado puntero en investigac­ión y la experienci­a en donación de órganos y técnicas de vitrificac­ión, lo que convertirí­a a nuestro país en referencia mundial de la criopreser­vación. De momento, este año Suiza y Australia han abierto sendos centros y ya acogen a los primeros «pacientes», lo que pone de manifiesto que, aunque a algunos esto todavía les parezca solamente ciencia ficción o charlatane­ría, es un próspero negocio para plantar cara a la finitud de la vida.

El cuerpo se mantiene congelado en nitrógeno líquido que se renueva cada seis meses

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 ?? ?? Un ensayo de criopreser­vación humana en una de las ambulancia­s que recogen al paciente tras su fallecimie­nto
Un ensayo de criopreser­vación humana en una de las ambulancia­s que recogen al paciente tras su fallecimie­nto

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