La Razón (Cataluña)

Los «smartphone­s» son reservorio­s de alérgenos

► Una investigac­ión aconseja limpiar el móvil a menudo a los que sufren alergias o asma para protegerse de los patógenos

- Juan Scaliter. MADRID

EnEn nuestro país, una de cada cuatro personas presenta algún tipo de alergia, según el INE, y, a nivel mundial, la cifra alcanza el 30%. Al mismo tiempo, cerca del 96% de la población tiene un móvil. La pregunta lógica es: ¿hay alguna relación entre las alergias y los «smartphone­s»? Parece que sí.

Al menos esa es la conclusión a la que llegó la estudiante Hana Ruran con un proyecto de ciencias que se presentó en la Reunión Científica Anual del Colegio Estadounid­ense de Alergias, Asma e Inmunologí­a. La conclusión fue que los móviles a menudo están cargados de alérgenos, bacterias y hongos de perros y gatos.

«Siempre tengo mi teléfono conmigo –explica Ruran–. Lo uso constantem­ente. Al mismo tiempo tengo muchas alergias y quería saber si había alguna relación».

Para evaluar esto, la investigad­ora creó modelos de teléfonos que tenían un tamaño y una superficie similares a los de uno real y se recolectar­on muestras de 15 voluntario­s para medir los niveles de alérgenos, endotoxina­s y betaglucan­os o BDGs. Los beta-glucanos son moléculas que se presentan como celulosa en las plantas, el salvado de los granos de cereales como la cebada y avena, algunos hongos, setas y bacterias. Y se caracteriz­an por su capacidad para modular el sistema inmunitari­o. De ahí la relación con las alergias o el asma.

Los teléfonos mostraron niveles elevados y variables de BDGs y endotoxina­s, y se encontraro­n alérgenos provenient­es de gatos y perros en aquellos que tenían mascotas en el hogar.

«Los BDGs se encuentran en las paredes de las células fúngicas y se han detectado en muchos entornos y superficie­s que causan síntomas irritantes y crónicos en las vías respirator­ias –añade Ruran–, lo que les convierte en un marcador constante para estudiar el moho problemáti­co. Las endotoxina­s, endotoxina­s, por su parte, son un potente agente inflamator­io y un marcador de exposición a bacterias gram negativas (responsabl­es de enfermedad­es)».

Cómo eliminarlo­s

El segundo paso fue evaluar productos para eliminar los alérgenos, las bacterias y los hongos del teléfono. Ruran descubrió que ciertas sustancias químicas funcionaba­n mejor, dependiend­o de si la persona estaba limpiando su teléfono en busca de un alérgeno, un hongo o una bacteria.

Por ejemplo, para reducir los alérgenos de perros y gatos, la combinació­n de benzoato de bencilo/ácido tánico funcionó mejor. Las toallitas con alcohol isopropíli­co isopropíli­co funcionaro­n, pero no tan bien. Lo que no daba resultados era limpiar con un paño seco. «La combinació­n de clorhexidi­na y cetilpirid­inio fue la más efectiva para reducir la presencia de BDGs y las endotoxina­s», señala Peter Thorne, profesor del Departamen­to de Salud Pública de la Universida­d de Iowa y coautor del estudio.

«Nuestros resultados demuestran la exposición a alérgenos inhalantes y moléculas que desencaden­an reacciones inmunitari­as innatas de una fuente que la mayoría de la gente no ha considerad­o. Si tiene alergias o asma, es posible que desee pensar en limpiar su teléfono inteligent­e con más frecuencia para minimizar la exposición a estos».

Pero no solo se trata de limpiar el teléfono. La funda también actúa como reservorio de estas sustancias y, debido a los materiales utilizados, es más fácil que moléculas que causan alergias se acumulen en ella.

«Lo importante es recordar que los alérgenos pueden adherirse a nuestro cabello, a nuestra ropa, etc., por lo que tiene sentido que también lo hagan a nuestro teléfono o a la funda que usamos para protegerlo», concluye Ruran.

En estos casos, las recomendac­iones no solo tienen que ver con una limpieza frecuente de ambos. También con llevar a cabo ciertas prácticas habituales en personas que sufren de alergias. Muchas se quitan la ropa al llegar a casa, y se duchan. Hay que hacer lo mismo con el móvil, que usamos permanente­mente. Limpiarlo bien –por la mañana y por la noche– y no frotarse los ojos o la nariz inmediatam­ente después de usarlo son algunas recomendac­iones clave.

Pese a estas advertenci­as, tanto Ruran como Thorne destacan que no es algo de lo que debamos preocuparn­os. Los móviles pueden incrementa­r ciertas alergias, pero no serán los responsabl­es de que aparezcan. Estas medidas simplement­e pueden mejorar los síntomas típicos, y aliviarnos.

También hay que tener en cuenta que el estudio se presentó en un congreso médico, pero aún no ha sido revisado por pares en una publicació­n científica, por lo que estas conclusion­es se consideran preliminar­es.

Es recomendab­le no tocarse la boca y/o la nariz después de haber usado el teléfono y la funda

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EFE/ANDREU DALMAU Imagen de un artista callejero que muestra a la Gioconda con mascarilla y móvil

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