Rafa y sus dudas razonables
► Afronta su décimo séptimo Torneo de Maestros, el primero con su hijo en directo
Las Nitto ATP Finals, el Torneo de Maestros de toda la vida, será el primer torneo para Rafael, el hijo de Nadal y Xisca. El pequeño de poco más de un mes de vida está en Turín con el resto del clan para la última cita el curso. Es la décimo séptima vez que su padre compite en el evento que junta a los ocho mejores del año y que no cuenta en su palmarés con el ganador de 22 Grand Slams. Las jornadas previas al comienzo han servido para que Rafa olvide los de París-Berçy, la derrota en su estreno ante Tommy Paul después de sufrir náuseas en el tercer set. El sorteo ha sido amable con el zurdo, ya que ha quedado encuadrado en el Grupo Verde junto a Ruud, Auger-Aliassime y Fritz. En el Grupo Rojo están Djokovic, Medvedev, Tsitsipas y Rublev. A la competencia algo menos exigente se han sumado unas buenas sesiones de trabajo que le han llevado a comentar: «Si no pensara que tengo opciones de luchar por lo que he venido, no estaría aquí. Vengo con la ilusión de hacerlo bien. Estoy jugando bien».
Las lesiones que le han martirizado en la segunda mitad del curso parecen superadas. «Llevo tiempo sacando normal. Desgraciadamente me he roto dos veces el abdominal este año: en Wimbledon y en la semana previa del US Open. Eso me obligó a sacar de una manera diferente, pero es lo que hay. Uno tiene que convivir con lo que tiene. Es importante para mí jugar algunos torneos de manera consecutiva. Necesito continuidad, como la que tuve hasta Indian Wells», asegura. Por eso su objetivo en Turín y pensando en la próxima temporada sigue siendo poder competir en condiciones: «Quiero pasar más días en el circuito, compitiendo y entrenando. A estas alturas de mi carrera, uno se retroalimenta de la ilusión, de verse competitivo entrenando con los mejores. Eso me ha faltado en los últimos cinco meses. He pasado pocos días en el circuito, por temas físicos y personales y vamos a intentar coger de nuevo la dinámica».