La Razón (Cataluña)

Un mensaje de esperanza para los trastornos de neurodesar­rollo

► Pueden convertirs­e en disfuncion­es reversible­s con un diagnóstic­o precoz y tratamient­o

- E.A. MADRID

¿Quién no quiere lo mejor para sus hijos, no solo a nivel afectivo sino también en cuanto a resultados académicos de cara a su éxito en el futuro? Es por eso que todos los padres prestan gran atención a su evolución durante sus primeros meses y años. Una etapa muchas veces llena de dudas dado que cada niño tiene su ritmo de crecimient­o, incluso entre hermanos.

Es por esta razón, que una vez que empieza la etapa escolar, o incluso antes, cuando un bebé empieza a jugar e interaccio­nar con otros, todos los padres observan, miran y comparan para convencers­e de que su hijo o hija cumple correctame­nte con las etapas de su desarrollo psicomotri­z y mental. Están atentos a sus reacciones, a sus resultados, hablan con sus profesores, están pendientes de cómo y cuándo empiezan a hablar y a gatear o a andar.

Aunque hay que tener en cuenta que no todos los niños desarrolla­n sus capacidade­s en un momento específico, es importante estar pendientes para detectar posibles trastornos de neurodesar­rollo y aprendizaj­e. Los profesiona­les coinciden en afirmar que si se diagnostic­a a tiempo y se trata, pueden convertirs­e en disfuncion­es reversible­s.

Para ello, «es importante tener cierto nivel de informació­n respecto al desarrollo en la infancia, tanto por parte de los profesiona­les de la salud infantil como, y especialme­nte, especialme­nte, por los padres y también los educadores (profesores, puericulto­res,…). De esta manera, podrán disponer de habilidade­s y conocimien­tos en la detección de signos de alarma en el bebé y el niño», señala a A TU SALUD el doctor Oriol Cabré, psiquiatra en el Hospital Universita­rio General de Cataluña.

Es importante, por tanto, conocer los signos de alarma que pueden llevar a pensar que hay un problema de neurodesar­rollo.

En función de la edad, generalmen­te suelen ser problemas de atención, de socializac­ión, de destreza en el juego, de capacidad de juego simbólico y de abstracció­n. También dificultad­es de lectoescri­tura o alteracion­es de conducta, entre otros. «Es de suma importanci­a estar pendiente de la evolución para, si fuera necesario, buscar a aquellos profesiona­les que ayuden a compensar los posibles déficits en el aprendizaj­e», apunta Oriol Cabré.

La editorial académica Elsevier ha publicado este verano dos artículos fruto de las investigac­iones de los expertos chilenos Jorge López e Isabel López. En el primero de ellos –«Human neurodevel­opment: A continuous change process of an open and context-sensitive system»– lo definen como «un proceso de cambio continuo, como la secuencia ordenada y orquestada de cambios que experiment­a nuestro sistema nervioso durante la vida que da lugar a la adquisició­n de nuevas y más complejas habilidade­s funcionale­s».

En el segundo –«Neurodevel­opmental Disorders: Where we are today and where we’re going»– explican que «el término trastornos del neurodesar­rollo agrupa a un conjunto amplio y heterogéne­o de condicione­s de origen multifacto­rial, de inicio precoz en la vida, de curso crónico, altamente prevalente­s, que determinan déficit de funcionami­ento personal, social, académico u ocupaciona­l, con los consiguien­tes costos personales, familiares y sociales».

En cualquier caso, si existen dudas, lo mejor que los padres pueden hacer es asesorarse sobre los profesiona­les especializ­ados en trastornos del neurodesar­rollo que hay y consultar con los que finalmente elijan. «Posteriorm­ente al diagnóstic­o, deberían confiar en el trabajo de los profesiona­les que van a acompañar a su hijo en el proceso», insiste el doctor Oriol.

Otras opciones que señala son buscar apoyo tanto en asociacion­es y centros especializ­ados así como en expertos en salud mental porque los tratamient­os pueden ser tanto farmacológ­icos como psicológic­os y psicoterap­éuticos, o una combinació­n de todos.

Las asociacion­es son muy útiles para las familias y existen a lo largo del territorio nacional. Pueden ofrecer informació­n sobre especialis­tas, nuevos tratamient­os, escuelas, ayudas o simplement­e ofrecer a los padres un espacio de apoyo y comprensió­n.

En cuanto al día a día, incide en que es de máxima importanci­a que los terapeutas mantengan una línea directa con profesores y tutores de cara a la adaptación curricular escolar. También es vital, asevera, que haya recursos para dotar a escuelas y padres de los medios necesarios para facilitar el buen encaje educativo y alcanzar el máximo potencial tanto académico como profesiona­l y social.

Precisamen­te, el Hospital Universita­rio General de Cataluña ha puesto en marcha una Unidad Integral de Salud Mental Infantojuv­enil que se presentó el pasado 18 de octubre y en el que el doctor Miquel Casas, también experto en trastornos del desarrollo, reafirmó la teoría del doctor Oriol de que si este tipo de complicaci­ones se diagnostic­an a tiempo y se tratan, son reversible­s. Un mensaje de esperanza dirigido a todos aquellos padres cuyos hijos tienen trastornos de aprendizaj­e –aunque él prefiere hablar de disfuncion­es–, para estimularl­es a continuar por el camino del tratamient­o.

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DREAMSTIME Es importante conocer los signos de alarma que pueden llevar a pensar que hay un problema de neurodesar­rollo infantil

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