El IVO, referente en seguimiento de recidivas de cáncer de próstata
En 2020, el centro fue de los primeros en incorporar una avanzada técnica para estos casos
En 2020, la Fundación Instituto Valenciano de Oncología (IVO) fue el primer centro en la Comunidad Valenciana en ofrecer la técnica PET/TC PSMA, que permite el seguimiento de recidivas de cáncer de próstata en pacientes con niveles bajos de PSA. «Lo relevante de esta técnica de imagen es que nos permite detectar la enfermedad tumoral causante de la elevación del PSA con niveles de éste muy bajos, en torno a 0.3-0.5. Las pruebas de imagen utilizadas hasta el momento no detectaban la enfermedad hasta alcanzar niveles de PSA más elevados siendo, por tanto, pacientes que no podían ser tratados», señala el jefe del Servicio de Medicina Nuclear del IVO, el doctor Rafael Díaz.
«Esta técnica diagnóstica de elevada sensibilidad permite realizar un seguimiento muy preciso de los pacientes tratados previamente de cáncer de próstata, bien con prostatectomía, o bien con radioterapia», explica el doctor.
Principales beneficios
Conocida como PET/TC PSMA, esta técnica por imagen combina la tomografía por emisión de positrones (PET) con la tomografía computarizada (TC) y un radiofármaco que marca el antígeno prostático específico de membrana (PSMA).
Una combinación que ofrece altas probabilidades de detectar la enfermedad en pacientes recurrentes: «El PET-TC con PSMA es la primera prueba que realizamos en pacientes que, tras un tratamiento primario como puede ser una cirugía o radioterapia, presentan en una revisión un aumento de PSA, una sustancia que produce la próstata y que en niveles altos puede ser síntoma de padecer una recurrencia de su cáncer de próstata», subraya el doctor Díaz.
La prueba se realiza en el PETTC digital del IVO, y consiste en la administración intravenosa de un radiofármaco -cuyo uso requiere previa autorización de la Agencia Española del Medicamento- y la posterior adquisición de imágenes con el equipo PET-TC.
Se realizan imágenes de territorio pélvico para valorar la zona prostática, así como de cuerpo entero para valorar la posible existencia de lesiones en otros órganos (ganglios o hueso, por ejemplo). Se trata, por tanto, de una técnica de imagen no invasiva para el estudio del cáncer de próstata.
Desde 2020, esta técnica avanzada de diagnóstico ha sido realizada a cerca de 250 pacientes en el Servicio de Medicina Nuclear del IVO, siendo uno de los centros pioneros y con mayor experiencia tanto en la Comunidad Valenciana como a nivel nacional.
«Poder diagnosticarlos antes está permitiendo tratarlos en fases muy tempranas y abordar la enfermedad con tratamientos menos agresivos y hacer seguimientos más exhaustivos», subraya desde el Servicio de Medicina Nuclear del IVO el doctor Díaz. Además, recuerda que el cáncer de próstata es uno de los tumores más prevalentes en la población masculina en España: «Se estima que uno de cada tres pacientes experimente una recaída de la enfermedad tras la cirugía o la radioterapia, por lo que esta técnica presenta grandes oportunidades para tratamientos más precoces y precisos que repercutirán además en una mejor calidad de vida del paciente».
El IVO cuenta en Valencia con dos unidades de diagnóstico precoz del cáncer, una de ellas especializada en detectar el cáncer de pulmón y otra centrada en el cáncer de cérvix y próstata.
En los últimos 20 años, el número de tumores diagnosticados ha experimentado un crecimiento constante, no solo debido al aumento de población, sino también gracias a las técnicas de detección precoz del cáncer y al aumento de la esperanza de vida.
Aunque el riesgo de desarrollar un cáncer ha aumentado, afortunadamente afortunadamente el riesgo de mortalidad por esta enfermedad ha ido disminuyendo en las últimas dos décadas.
El comportamiento, pronóstico y tratamiento de los diversos tipos de cáncer, incluso dentro de las distintas fases evolutivas de un mismo tumor, son muy variables.
En relación al diagnóstico del cáncer, cabe diferenciar entre las pruebas de cribado y las pruebas diagnósticas.
Las denominadas pruebas de cribado del cáncer se emplean para detectar la posibilidad de la presencia de la enfermedad antes de que se manifiesten síntomas. En las mujeres, dos de las pruebas de cribado que más se utilizan son la prueba de Papanicoláu (citología cervicovaginal), para detectar el cáncer del cuello uterino, y la mamografía, para detectar el cáncer de mama. En los hombres, la concentración sanguínea de antígeno prostático específico (PSA) permite detectar el cáncer de próstata. Las pruebas diagnósticas se llevan a cabo cuando ya existe una sospecha de la presencia de cáncer.
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